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Abel Moreno

"A San Martín le debo la vida"

En el club Verdinegro se convive con historias muy particulares que no están emparentadas con los futbolistas y el cuerpo técnico, sino con esas personas que son parte del club y  que resultan determinantes para el funcionamiento de la institución. Uno de ellos es Abel Moreno, utilero del equipo de la Primera Nacional.

En los partidos Abel Moreno se encarga de entregar las pelotas a los pibes que ofician de alcanzapelotas, pero esa es la tarea mas livianita que realiza pero es la que mas sufre porque espera el triunfo del Verdinegro.

Hace algunos años dejó de ser el Flaco Abel. Lo que pudo ganar en kilos, ya antes lo había ganado en afecto, no solo de jugadores, técnicos, sino de los hinchas. En el mundo San Martín no hay nadie que no quiera al  "Abel".

Hoy con 37 años y una familia conformada con dos hijos, el varón de 5 años que ya forma parte de la escuela de fútbol verdinegro y la nena de 4 que es tan fanática como el padre de San Martín.

La historia, que une al hoy utilero con la institución, es muy particular. La cuenta con humor pero ahora en su función de padre sabe que no debe ser así.

"Desde chiquito soy hincha de San Martín, venía a la cancha siempre y me quedaba dando vueltas por acá después de los partidos. Así me empezaron a conocer. A mi no me gustaba la escuela y a los 14 años me escapaba para venirme al club" empieza contando entre sonrisas Abel Moreno, mientras termina de doblar la ropa de entrenamiento para la práctica del jueves.

En el banco de suplentes y siempre sonriendo está Abel MorenoCrédito: Carlos Vargas

Sin embargo no se queda con eso y sigue con la historia que lo único que hace es mostrar el gran amor que  le tiene al club.

"En el año 2000, de intruso dije que quería trabajar en San Martín. Y así empecé, acarreaba bidones de agua  a lo loco en los entrenamientos. Pero lo hacía con placer aunque tenía que cumplir un algo que no me agradaba demasiado, el técnico Craviotto me pedía la libreta y no me tenía que llevar nada. Gracias a eso terminé la secundaria y pude empezar a trabajar en el club, porque cuando cumplí 18 años me pusieron en libros"

Abel Moreno siempre fue de contextura muy delgada y siempre se lo veía sonriendo. 

"Y sumé algo mas que el ascenso, algunos kilos pero lo demás sigo siendo el mismo. Disfruto estar en el club y el poder dar una mano en todo. Hoy llegué a las 5.30 porque se entrenaba a las 7.30 y el técnico llega al club a las 4.30 para preparar todo y me vengo para acompañar y armar toda la ropa para el entrenamiento. Hoy no me fui a mi casa. Estoy esperando la última tanda de ropa que está en el lavadero industrial del club. La tengo recibir, doblar y guardar en las valijas porque esa ropa es para el viaje a Buenos Aires y tiene que estar todo listo porque salimos este jueves a la tarde", cuenta con orgullo Abel.

Sigue de cerca el partido y tiene que estar atento cuando la pelota se va fuera del campo de juego. No se queda quieto ni un instante Abel MorenoCrédito: Carlos Vargas

Desde hace algunos años San Martín cuenta con un lavadero industrial que se encuentra en una casa ubicada en calle Lautaro y está detrás del arco sur. Allí se lava toda la indumentaria del club, no solo de la Primera Nacional, sino también de la inferiores y primera local.

Eso vino a ser un gran alivio para los utileros pero a su vez significa mas responsabilidad sabiendo que San Martín tiene muchos jugadores que vestir.

"Con San Martín, festejé, lloré, ascendí, descendí, he vivido de las malas y de las muy buenas, pero siempre fui feliz acá. Yo le debo la vida a San Martín" y al sonar la última frase la voz se le entrecorta de la emoción porque no hay un hincha Verdinegro mas fanático que el.

Hoy el plantel viaja vía carretera a Buenos Aires. Los costos se han  incrementado no solo para el avión sino también para los hoteles. 

"El que está afuera y habla no sabe todo lo que hay que hacer para que el club este bien. Yllana trabaja muchísimo, hay un buen equipo, espero que se puedan dar los resultados. Yo le tengo mucha fe este año". Tantos años en el club le dan autoridad para hablar y saber cual será el destino del Verdinegro en el 2023.

Son 23 años en el club para Abel y su don de buena gente lo expresa en palabras simples. "Necesito agradecer a todos los que me ayudaron.  A  mis compañeros del club que desde niño siempre me cuidaron y me enseñaron a ser buena gente. A los dirigentes  Pablo Slavutzqui, Luis Lorenzo,  Fernando Tapia, la flia Antuña, a Jorge Miadosqui, a todos los jugadores que pasaron por el club  y a todos los hincha de San Martin que siempre me tratan con mucho cariño" remarca agradecido el utilero del club.

El teléfono le suena a Abel, son las 20.35 del miércoles y ya sumó 15 horas en el club. Algo normal para él y que lo disfruta. Después de dejar todo ordenado para el viaje y para el entrenamiento de la primera, toma su bici y parte a su casa.

Allí lo esperan su señora Paula y sus hijos Fausto y Federica. Será el reencuentro del día y aunque no se quiera saldrá como uno de los temas de conversación San Martín, y no habrá drama porque en la casa como en la vida de Abel, San Martín lo es todo.

MAS HISTORIAS DE AMOR EN VERDE Y NEGRO

Elias, Daniel, Luis, Elio, Raúl y Lucas, medio equipo de los que no muchos conocen pero son parte importante de la institución Verdinegra

Elías, Daniel, Luis, Elio, Raul y Lucas son también empleados del club. Todos son parte del club desde hace muchos años. Todos sienten la camiseta tanto o mas que los jugadores. Son simpatizantes pero trabajan desde el corazón.

Elías Cardozo, se lo ve todo el tiempo limpiando, ordenando para que nada se vea mal. Hace 15 años que está en la cancha y llegó de la mano de Raúl Teruel. 

"Mi casa es San Martín, llegue un día por un trabajo y me quede para siempre. Llevó mucho tiempo y mi familia también son los que trabajan en el club porque estamos casi todo el día" cuenta Elías.

En el club hay una anécdota muy particular con Raúl Teruel. Primero, nadie lo conoce por el nombre y para todos es el Colo. Lleva 36 años en el club  y la historia en un inicio de temporada fue el refuerzo mas esperado.

Dos con historia en San Martín el Colo Teruel y el Pelusa Ortega. Son parte importante del club ambosCrédito: Carlos Vargas

"Yo vine para echar una loza en el club en el tiempo de Pepe Villa. Despues me contrataron para otra obras y aca estoy después de 36 años y con 53 pirulos dejando todo por el club" empieza contando el Colo y agrega la anécdota respecto de su nombre.

"Aca no me conoce nadie por Raúl Teruel. Hace varios años, un colega tuyo (no dice el nombre para no quemarlo) decía todos los días en la radio que en San Martín habían contratado a Raul Teruel, un goleador de la categoría. No sabía mi nombre y Lusi Ruarte, el utilero le había tirado el dato en broma y se la creyó. Pero goles yo?? no, ni ahí dejame en el carrito que eso lo hago muy bien" contó el Colo Teruel 

Los hermanos Luis y Daniel Ruarte son los herederos del gran José, quien fuera el utilero por décadas en el club. Aman  y viven para el club. 

Luis es el que mas año lleva. El Flaco seguía a su padre en la utilería cuando todavía estaba al lado de la vieja pileta, hoy es el estacionamiento.

"Viviamos en el club. Le ayudaba a mi viejo a lustrar los zapatos y armar todo. Antes no había todo este  movimiento que hay hoy. Yo en las mañanas me voy al predio Emmanuel Mas con Daniel y estamos con las inferiores. Si habre visto jugadores. Esto es mi vida y es muy bueno poder trabajar de lo que uno ama" remarca Luis, quien es dueño de un humor increíble porque siempre está tirando buena onda

Su hermano Daniel es mas callado. Es de los que laburan sin tiempo ni horario. A donde lo necesitan allí está. Entró a la utilería por herencia familiar y hoy también es parte de la familia de San Martín.

Lucas Navarro es el masajista. Las manos prodigiosas y todo lo aprendido de su papá lo pone a disposición del club. Siempre se lo ve elegante. De guantes al entrar al campo de juego y de lentes para sol en los entrenamientos. Es un ganador y siempre está cuando lo necesitan.

"Todo lo que se, me lo enseñó mi viejo. Es mi espejo. Reconozco que no llegue aca como hinchas de San Martín, pero le tomé cariño al club y sobretodo a la gente. Aca pasan los jugadores y los técnicos, pero quedamos nosotros y le ponemos nuestro granito de arena" remarcó Luquitas 

El Pelusa Elio Ortega conoce cada detalle del reglamento y por años ha sido el responsable de llevar las planillas de juego. Ya no viaja pero sigue en el club por amor.

Abel con Federico encargado de las boletería y Yoel su mano derecha en la utilería del plantel de Primera Nacional

Yoel es el menor de la dinastía Moreno y es polifuncional en el club y está siempre a disposición, es el gran ladero de su hermano Abel.   

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