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INGENIERO CRISTIAN ALBORS

Consideraciones para adaptar el campo a la variabilidad climática

Se están produciendo variaciones en el clima que pueden producir problemas en la producción. El productor cada día es más consciente del uso de información sobre el tiempo y cuáles pueden ser sus incidencias.

CONSIDERACIONES PARA ADAPTAR EL CAMPO A LA VARIABILIDAD CLIMÁTICA

El campo está atravesando procesos de cambio. No solo tiene que adaptarse a la falta de agua sino también a incidencias climáticas que pueden afectar a los cultivos. Es por ello, que los productores y los técnicos agropecuarios tienen que valerse de tecnologías de la información para prever al menos que puede pasar en las próximas 72 horas y de esa forma tomar algún tipo de previsiones.

Ante esto, Zonda Diario dialogó con el ingeniero Cristian Albors, integrante del equipo de Cátedra de Climatología Agrícola, en la Carrera de Ingeniería Agronómica explicó que "el clima es el estado normal de la atmósfera en algún lugar y lo medimos con variables como son la temperatura, la precipitación, la humedad, la radiación solar". Explica que "si observamos cambios en alguna de estas variables podrían ser estacionales, por circulaciones secundarias o cambios que puede suceder por algunas otras situaciones". Es por esto que remarcó que "cuando hablamos de cambio climático a mí me gusta más abordarlo desde la variabilidad climática". Es por esto que el especialista sostiene que "dentro de esta variabilidad cuando se producen algunos cambios dentro de una zona, porque el clima es el estado normal en un lugar". Es por ello que analiza las variaciones como aumentos en el nivel de lluvias, o se produjeron temperaturas un poco por encima de lo normal. "Pero esto lo registramos en un momento, es una fotografía del momento. Ahora para decir que es un cambio climático necesitamos una cantidad de años de registros de más de 30 años y que podamos decir esto antes no sucedía o no se registró antes". 

A entender de Albors, "para que cambie algo tiene que mantenerse en el tiempo, por lo que podamos decir esto cambió y no se va a repetir en el tiempo".  El especialista expresa que "muchas veces el problema al que nos enfrentamos es que no existe la cantidad de datos registrados en el tiempo para decir esto sucedió o no antes".
Cuando analiza la situación climática afirma que "notamos cosas diferentes a las que estamos acostumbrados. Hay heladas más temprano o más tardía de lo común, de la media".  Por ejemplo, el 26 de mayo es la media promedio que ocurre la primera helada en Pocito, "lo que no implica que haya ocurrido heladas antes o después." Si estos cambios son frecuentes "es lo que sentimos que está ocurriendo".


Dentro de las heladas tardías, históricamente se tuvo en cuenta "la helada de Todos los Santos, que ocurre entre el 1 y 2 de noviembre", vale marcar que este fenómeno es más común en el sur del país y no tanto en San Juan. 
Otro aspecto es que se "dan precipitaciones más copiosas y de mayor magnitud o en menor tiempo mucha más agua".  El especialista tomó a Pocito como ejemplo y explicó que la precipitación media anual es de 89 milímetros. "Pero cuando tenemos en enero una precipitación de 15 o 18 milímetros" Tiene que destacarse que 1 milímetro caído en un metro cuadrado equivale a un litro de agua.

También se registran olas de calor intensas y sostenidas. "De acuerdo a los datos de la agencia meteorológica de Pocito, se encontró que en 2010 y 2021 se registraron olas de calor, las más largas y duraron cinco días". Vale marcar que no hay un concepto estandarizado de olas de calor.  Los conceptos en muchos casos son regionales y se tienen en cuenta para la salud humana, por lo que hay cambios de una región a otra".   

De acuerdo a lo que establece el Servicio Meteorológico "una ola de calor sería en el departamento de Pocito a partir de las 37.9°".  Para determinar esto se toma temperatura media alta y se le pone un 10% más. Otra de las condiciones es que las temperaturas máximas se produzcan durante tres días o más.

UNA MIRADA DE LA SEQUÍA

Albors explica que "estamos viviendo la mayor sequía de los últimos 100 años de acuerdo a algunos estudios. La variabilidad puede afectar estas variables y las sequías van a suceder, pero no son tan prolongadas y si se generan con mayor frecuencia puede ser una variabilidad".  Pero ante esto también hay otros factores secundarios como el fenómeno del niño y la niña. "Estos son fenómenos nuevos que se están estudiando y a partir de mediados del siglo pasado se comenzó a estudiar con mayor frecuencia, sobre todo en materia de precipitaciones".

Para consultar estudios creo que hay tres lugares para consultar, el SMN, la Organización Meteorológica Mundial y la Agencia del Clima de Australia. "Los tres coinciden que en el primer trimestre tenemos una probabilidad de ocurrencia de la Niña al 50%, que es la más baja que llevamos desde los tres años que inició. Esto significa que tenemos una probabilidad de una ocurrencia de una neutralidad del 50%". Para esto se necesita seguir avanzando en el periodo para determinar certezas. También "hay una probabilidad muy tenue que luego del invierno, alrededor de agosto, se pudiera llegar a iniciar un evento niño".

ACCIONES A TENER EN CUENTA PARA SEGUIR PRODUCIENDO

Cristian Albors cuando analiza la variabilidad climática afirma que "no nos podemos negar que sucede algo. Qué, ya lo dirá el tiempo, si es una variabilidad o sucedió antes, si es o no cambio".

Por esto "lo que tenemos que hacer es adaptarnos". Por ejemplo "sabíamos que podíamos tener una helada de todos los santos. Por ejemplo, los productores de semilla de cebolla, van a tener que pensar y reorganizar los puntos donde van a poner estas variedades, porque en algunos casos han tenido daños en floración, por heladas".
¿Qué pasa con el granizo? Podemos tener la sensación que hay más o menos, no tenemos un registro concreto. "Existen, pero tenemos que analizarlos y determinar si existen más o menos granizadas. Pero si podemos decir, que como técnicos percibimos que una zona tiene mayor riesgo que otra, nuestras producciones si se pueden se adaptan".  De hecho, hay algunas que no se pueden como viñedos, olivos o frutales".   Pero los estudios meteorológicos sirven para determinar por ejemplo el riesgo. Por ejemplo, el productor puede decir que "el mayor riesgo lo tengo en enero y soy productor de tomates de industria, se puede correr la época de plantación para que no esté en cosecha en ese momento". Esto nos permite "ver cómo organizarse y hasta la contratación de un seguro por ejemplo".

Pero para que se produzca este cambio, el productor tiene que tomar conciencia de lo valioso que es la información meteorológica. "Lo que estamos viviendo es la era del conocimiento, el dato por sí solo no sirve, por ejemplo, llovieron 16 milímetros, pero si lo contextualizo en qué momento, que cultivo tengo ahí, que problema o daño me puede suceder".

Para profundizar sus conceptos toma como ejemplo la botritis, que es la podredumbre del racismo- uva-. "Para que se produzca la infección tiene que tener ciertas condiciones, que el racimo necesita tener de 8 brick para arriba, en azúcares. En febrero muchas de las variedades para vinos o mostos ya lo tienen. La otra condición es agua libre, si tenemos muchas precipitaciones o rocío es un elemento para que el hongo se desarrolle". A estas dos condiciones anteriores se le tiene que sumar la temperatura "si esta es de alrededor de los 20° entre 12 y 24 horas se produce una infección por botritis, dándose las otras condiciones".

Explica que si los datos que tengo "los relaciono tengo información para que un productor pueda o no aplicar un preventivo, cómo me manejo y qué hacer con la variedad que tengo".

De acuerdo a lo que explica Albors, en la actualidad "del productor maneja la información agroclimática, con la tecnología podés tener aplicaciones. En mi caso tengo tres ampliaciones con las que consulto y estas son bastante precisas".  A modo de aclaración explica que "el pronóstico del tiempo es bastante azaroso por momentos, sobre todo en zonas como la nuestra donde hay alta variabilidad por ser una zona árida, por lo que hay una gran amplitud térmica. Hacer un pronóstico del tiempo es algo que requiere mucho trabajo e información y recursos". Es por esto que resalta que el Servicio Meteorológico Nacional es autoridad en esto "el pronóstico a tres días aumenta mucho la probabilidad de certeza", cuando se aleja en el tiempo comienza la probabilidad de que no ocurra". Agrega que "el productor maneja mucho la información de heladas, he notado en los últimos años un mayor interés de los productores en saber cuándo ocurre la primera y la última helada, sobre todo para aquellos cultivos que manejan mucha superficie como tomate de industria. Ellos se manejan en algunas zonas que son primicias.  También ver en los viñedos si van a tener un riesgo asociado mayor o menor por heladas.

Agrega que muchas veces se cuestiona o no la posibilidad de hacer un control de las agresiones meteorológicas.  Requiere una fuerte inversión colocar malla antigranizo. Esta opción se ve más en Mendoza, donde las tormentas graniceras tienen otra frecuencia, lo que justifica la inversión en mala antigranizo. Pero hay quienes en San Juan lo están haciendo, por ejemplo, en fincas en el límite con Mendoza. También en algunas fincas de Ullum y Zonda. Pero para ello hay que evaluar que es caro "si lo que vamos a proteger no va a devolver la inversión a veces no sé si conviene, por ello el seguro antigranizo".

LA NIÑA SE VA EN CAMARA LENTA

De acuerdo a lo que publicó Info Campo hay una buena noticia para los productores y es que La Niña definitivamente ya está en camino de retirada. De todos modos explican que se resiste un poco a irse y lo está haciendo en cámara lenta, lo que hace que los beneficios que se esperan con el cambio de tendencia climática se demoren más de lo esperado.

Se explica que en uno de los últimos informes para la zona núcleo, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario cita un análisis del consultor Alfredo Elorriaga en el que menciona que el calentamiento de las aguas del Océano Pacífico está yendo a un ritmo más lento que lo que se proyectaba, de todos modos esperan que sea el otoño una estación bisagra para que comiencen los cambios.

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