Para gozar hay que saber sufrir
Argentina se clasificó a cuartos de final al vencer a Australia 2 a 1. Lo ganaba tranquilo con los goles de Messi y Julián Alvarez pero el descuento australiano estiró la angustia hasta el final con una tapada increíble del Dibu Martinez.
El corazón ya estaba decididamente acelerado. La presión arterial empezaba a subir y ya no quedaban uñas.
La última pelota del partido voló por el área argentina y apareció el de Kenia. Si, el morenito nacido hace 18 años en el país africano que se nacionalizó australiano. Garang Kuol la recibió, la bajó, se acomodó y le pegó con alma y vida.
Allí nos quedamos todos con el corazón paralizado, las manos en la cabeza y con la boca abierta.
Fue una fracción de segundos que no da ni para decir Dios Mío.
No hizo falta, el de arriba estaba de nuestro lado. Y le entregó la fortaleza, la ductilidad y sobre todo la capacidad para que esa mano izquierda del Dibu Martínez se levantara un poco, amortiguara la pelota y que tan solo se levante a la altura de su cabeza y que con un giro pudiera atesorar esa última pelota del partido.
Esa atajada del Dibu se sintió como si hubiera sido un gol. Un alarido de emoción, un grito que salió desde lo mas profundo del alma. Sonó en el estadio pero se replicó en toda la Argentina.
Con esta pelota atajada por Emiliano Dibu Martínez el partido se terminó.
El abrazo en el suelo de Otamendi y Fernandez con el arquero era el resumen del partido.
Es esfuerzo realizado, la entrega y la dosis de fútbol que entregó la selección Argentina era premiada con una enorme alegría que generó sonrisas y sobre todo un desahogo increíble.
¿Y antes?
Todo fue un monólogo de Argentina con tenencia de pelota, tranquilidad y paciencia para distribuirla y dar el golpe en el momento exacto.
En la única llegada del primer tiempo abrió el marcador Argentina desde el botín izquierdo y mágico de Lionel Messi.
La jugada se inició en un lateral, pasó de Rodrigo De Paul a Enzo Fernández para que un pase directo hacia adelante y el menos pensado, Otamendi, lo asistiera a Lionel.
Messi arqueó su cuerpo sobre la derecha y con su zurda mágica con una precisión milimétrica la puso en el segundo palo del arquero Mathew Ryan. Gol y efectividad al 100%.
Y fue como contra México, la llave para abrir un cerrojo defensivo de los australianos porque en el complemento, Argentina dispuso de varias ocasiones, claro está después del segundo tanto.
Esa jugada surgió desde la presión de Rodrigo De Paul al arquero y la rapidez de Julián Álvarez hizo el resto para sacar la diferencia que era la mas justa al partido.
Todo marchaba bien en el juego, Lautaro Martínez entró y Messi dos veces consecutivas lo dejó de cara al gol, Pero el ex Racing está falto de confianza y las definió mal.
El final del partido se hizo angustiante a partir de una jugada fortuita de Australia. Un remate de Craig Goodwin terminó en gol por el desvío involuntario de Enzo Fernández.
Y entonces Australia apostó a la única arma que disponía que era el centro para los mas altos. Allí Otamendi y Cuti Romero fueron implacables.
Antes de llegar a la jugada del final una apilada formidable de Aziz Behich tuvo un cierre providencial de Lisandro Martínez.
Y luego vino lo del final, que por suerte ya es historia del pasado y ahora solo nos queda mirar el futuro esperando sea tan feliz como el de este sábado sin importar cuanto suframos.
LA FIGURA
Rodrigo De Paul: En un partido donde se pueden elegir a varios por un rendimiento muy parejo, De Paul sacó la ventaja porque va creciendo y su aporte fue determinante.
LA FRASE
Dibu Martínez: "Yo amo al pueblo argentino, tengo una conexión con ellos y esa atajada se la dedico a todos ellos"
LA CIFRA
1000: Partidos en primera cumplió Lionel Messi con el juego ante los australianos. 169 con la selección, 778 con el Barcelona y 53 con el PSG. Goles, 789 en total de los cuales 94 son con la Albiceleste
