El sueño del título se esfumó con los penales
La Selección Argentina perdió en el partido decisivo ante España, que se llevó el título al ser más efectivo en la tanda de penales.
En 2001, San Juan fue el anfitrión por cuarta vez en la historia del Mundial de Hockey sobre Patines. Luego de la decepción sufrida en 1989, la Selección Argentina llegó como el principal candidato a quedarse con el campeonato, luego del título conseguido dos años antes en Reus superando en la final a España.
En el plantel dirigido por Miguel Gómez sobresalían dos de los mejores hockistas que dio la provincia: "Panchito" Velázquez y el "Negro" José Luis Páez, el actual entrenador de la Albiceleste.
La primera ronda fue un paseo para el equipo que quería repetir el título obtenido en el Estadio Cubierto en 1978. En el debut venció a Chile 13 a 0, luego goleó a Uruguay 18 a 0 y cerró la fase clasificatoria superando a Angola por 7 a 4.
En cuartos de final, Mozambique no fue rival para el equipo que integraban además Juan Oviedo, Alejandro Marasco, Carlos López, David Farrán, Mariano Velázquez, Osvaldo Raed, David Páez y Gabriel Cairo. Los locales vencieron 10 a 1.
El "Colorado" Farrán, al recordar el torneo, afirma que "fue lo mejor que me pasó en mi carrera en el hockey sobre patines, jugar un Mundial en San Juan es único, no existe punto de comparación con nada".
La primer prueba importante para la Albiceleste llegó en semifinales. Lo esperaba Portugal, una de las grandes potencias del deporte que buscaba conseguir un título en San Juan, una tierra en la que nunca subieron a lo más alto del podio.
El partido, en un estadio repleto, se jugó con los dientes apretados. El tiempo reglamentario terminó empatado en dos. José Luis Páez y Gabriel Cairo señalaron para los argentinos, mientras que Gaidao marcó los dos tantos lusitanos.
Pero la frutilla del postre llegó en el tiempo suplementario. Cuando faltaba un poco más de un minuto para el final del partido y todo parecía encaminarse a una definición por penales, apareció la magia del "Panchito". Velázquez tomó la bocha, paso por detrás del arco portugués, de pronto levantó la bocha para ponerla por encima del arquero portugués Matos, que no pudo hacer nada para impedir el gol argentino.
"En el gol del Pancho se me nubló todo, lo único que escuché fue el estallido que se produjo en el estadio. No lo podíamos creer. Al finalizar el partido todos fuimos a abrazarlo", rememora Farrán.
En la final esperaba un viejo conocido, España, que derrotó en semifinales a Italia. Argentina llegó al partido decisivo con una baja importante, la de Juan Oviedo. El arquero se lesionó en semifinales y su lugar fue ocupado por Alejandro Marasco.
Como en toda final, ninguno de los equipos regaló nadie. El encuentro terminó empatado en dos. Masoliver y Tibau marcaron para la visita, "Panchito" y Gabriel Cairo para los argentinos.
El título se definió en la tanda de penales, en la que fue más efectiva España para quedarse con el título, repitiendo los logros obtenidos en San Juan en 1970 y 1989.
Farrán recuerda que "ese equipo estaba en inmejorables condiciones para ganar el título. Los penales empañaron el gran trabajo que se hizo, sin embargo la gente reconoció todo lo que brindó la Selección en ese Mundial".
