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¿Sirve la intuición para detectar mentiras?

Durante una reunión en México, un empresario reconocido que requería de mis servicios en su empresa, me dijo: -"Yo también tengo la habilidad de detectar no solo las mentiras, sino también las malas personas".

Análisis exclusivo para El ZondaPor Hugo Lescano*@hlescano

Me interesó conocer más sobre esa "habilidad" por lo cual le pedí que me contara detalles. Me dijo, entonces, que tenía cinco empleados en su empresa que, según su percepción, tenían malas intenciones y que, cuando hablaba con ellos, él tenía la capacidad de notarlo. Fue así que le pedí si podía mostrarme sus legajos a lo cual él accedió. Su directora de Recursos Humanos puso sobre la mesa los currículums de dichos empleados junto a la foto que le solicitan a cada candidato en la entrevista de trabajo. Luego de observar detenidamente los legajos con sus respectivas fotos, pedí que tomaran al azar al menos diez currículums más y noté que los primeros cinco eran los únicos que tenían rasgos propios del altiplano. Eran los únicos bolivianos que trabajaban en la empresa según lo que me confirmaron en la misma reunión. Mirando directo al empresario le dije: "Es muy probable que usted no tenga la habilidad de detectar mentiras y malas intenciones. En cambio, usted solo tiene la "habilidad" de detectar bolivianos".
En mis años dando entrenamientos y capacitaciones para detectar mentiras, son muchos los estudiantes que al inscribirse me dicen "yo tengo una habilidad intuitiva, me doy cuenta cuando me están mintiendo". Sin embargo, dicha "habilidad" casi siempre es un prejuicio étnico, de género, etario o de cualquier otro tipo. Tengamos en cuenta que la intuición es ni más ni menos que la capacidad que tenemos los humanos de percibir y procesar la información sin razonar. Al no intervenir el razonamiento, las conclusiones se basan en percepciones o corazonadas. Procesos mentales en los no interviene el pensamiento crítico. Dichos procesos, en muchos casos, no se diferencian demasiado de las conclusiones a las que llega una persona que "lee" las cartas o que "adivina" la suerte. Cuando se trata de detectar mentiras "leyendo" el lenguaje corporal sin el entrenamiento adecuado, las personas en general -incluso las que dicen ser muy perceptivas – solo exhiben un 50% -y hasta un 54%- de eficacia. Escaso porcentaje para tamaña tarea. Ahora bien, con el entrenamiento adecuado y conociendo las variables del lenguaje del cuerpo, se puede extender la efectividad a un 80%. Detectar ocho de cada diez mentiras a nuestro alrededor, no es un mal número. En el mundo son contados los expertos que han desarrollado esta habilidad tan particular aproximándose al 100% de efectividad. La misma solo se alcanza con investigación, análisis, observación y práctica (IAOP). Algo así como un tetragrammaton de la Comunicación No Verbal. Un camino apasionante por el que podemos transitar para conocer profundamente el mensaje escondido en los pliegues del rostro o simulado detrás de un movimiento sutil del cuerpo de nuestros interlocutores.
Otro punto es que cada vez que doy la conferencia "Como Detectar Mentiras", las entradas se agotan rápidamente. No importa si estoy en México, Washintong, Costa Rica, Argentina o cualquier lugar del mundo. Existe una necesidad casi morbosa de descubrir las mentiras de quienes se relacionan con nosotros. La pregunta es ¿Qué haríamos si pudiéramos detectar todas las mentiras a nuestro alrededor? ¿Podríamos vivir con eso? ¿Podríamos vivir en paz viendo el engaño claramente dibujado en el lenguaje corporal de nuestro cónyuge, de nuestros amigos, socios, colegas, etc? Nuestras posturas, gestos, proxemias y movimientos kinésicos, nos dan claras pistas para verificar la veracidad de los relatos. En una mirada, en un movimiento de manos, podemos comprender qué grado de verdad hay en nuestro interlocutor. Eso nos da una ventaja extrema en nuestras relaciones de la vida cotidiana. Pero seamos sinceros. También nos pone en desventaja. ¿No es cierto que a veces es mejor no saber? ¿Cómo administrar la decepción que nos produce ver el engaño justo delante de nosotros? ¿Cómo asimilar nuestro desencanto al descubrir las gestualidades que denotan desprecio en una persona que simula empatía?
Por todo esto, para quienes no se han entrenado, mucho de lo que "parece mentira" suele ser verdad y viceversa. Sin embargo, activando en nuestro cerebro la capacidad de observación y comprensión del lenguaje corporal podemos asomarnos a un sinfín de códigos y metamensajes más allá de las palabras. Esto es posible porque con nuestras palabras expresamos nuestras ideas u opiniones, pero con nuestro cuerpo exhibimos nuestras emociones. Si hay contradicción, entonces, conviene creerle al cuerpo. Porque como siempre decimos en nuestro laboratorio, nuestro cuerpo no sabe mentir.

*Hugo LescanoDirector del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbaly Consultor externo de la OEA (Washington DC) en Comunicación no Verbal y Negociación. Además, se desempeñó intercediendo en conflictos carcelarios durante más de una década en las cárceles de Buenos AiresInstagram: @hlescanowww.HugoLescano.com.ar

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