Se vistió de héroe ante Boca y dejó River sin pena ni gloria
El uruguayo Daniel Fonseca llegó al Millonario a principios de 2002. Se alejó un par de meses después sin haber jugado ningún partido completo.
Daniel Fonseca llegó a River a principios de 2002. El uruguayo arribó al Millonario, en ese entonces dirigido por Ramón Díaz, recomendado por un compatriota e ídolo del club, Enzo Francescoli.
Fonseca, que provenía de la Juventus de Italia, era una de las rutilantes incorporaciones del club de Nuñez con el objetivo de pelear la Copa Libertadores. La otra gran contratación fue la de Juan Esnaider, que también regresaba de Europa al fútbol argentino.
El uruguayo comenzó con el pie de derecho en River, cuando cambió el rumbo del Superclásico de verano que se jugó el 23 de enero de 2002 en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza.
Esa noche el panorama venía torcido para el equipo de Ramón Díaz. A los tres minutos de juego perdía con un golazo de Román Riquelme. El 10 Xeneize después de buscar un pase en profundidad, le ganó a su marcador, y en el área chica, luego de desparramar a otro defensor Millonario, con un preciso toque venció al arquero Comizzo.
En el transcurso del encuentro, River tuvo varias oportunidades para empatarlo. Boca también tuvo un par de ocasiones para aumentar el marcador, pero el Chelo Delgado no las aprovechó.
Apenas iniciado el segundo tiempo Fonseca ingresó por Esnaider, que tuvo un flojo partido.
En esa etapa los dos equipos quedaron con uno menos por las expulsiones de Guillermo Barros Schelotto y Ariel Garcés.
En tiempo de descuento, cuando la tribuna de Boca festejaba el triunfo, Fonseca empató a través de un espectacular tiro libre.
El uruguayo, con un zurdazo, la clavó en el ángulo izquierdo del arco de Abbondancieri, que solo atinó a mirar el balón.
En la tanda de penales, Fonseca ejecutó el último, el que le dio la victoria a River, adjudicándose la Copa Desafío.
Sin embargo la alegría del delantero y el entusiasmo del público de River con el uruguayo duró muy poco.
Algunos días después desperdició un penal en otro Superclásico de verano que se jugó en Mar del Plata, encuentro en donde un juvenil equipo de Boca goleó al Millonario por 4 a 0.
A partir de ese momento, Fonseca comenzó a transitar por un camino de sombras. No podía jugar en el torneo local porque su habilitación no llegaba.
Y cuando finalmente llegó, no encontró lugar en el equipo. Su puesto había sido ocupado por un juvenil que comenzaba a dar sus primeros pasos en River, Fernando Cavenaghi.
El uruguayo solamente pudo jugar unos cuantos minutos en dos partidos por Libertadores. Ante ese panorama y peleado con Ramón se fue de River sin pena ni gloria, a menos de dos meses de aquella inolvidable noche del verano mendocino cuando se vistió de héroe ante Boca.