Jáchal y sus personajes que perduran por siempre
Transitar por las calles del deparamento norteño es recorrer la vida misma de un pueblo que respeta y cuida las tradiciones.
Resistirse al tiempo, a la vida que nos sobrepasa por una vorágine de cosas diarias. Así se vive. Asi se siente en Jáchal, por eso su gente es tan extraordinaria.
Al caminar por calle 25 de Mayo y Juan De Echegaray, a un costado de la plaza hay una pared con grandes murales. Esta Don Buena, infaltable por supuesto, pero hay sobre el final de la pared uno que llama la atención.
Para el común de la gente, para el que no es del departamento no tiene idea quien es. Pero para el que pasó por el Km 228 sabe de quien se trata.
Sonrian todo el tiempo, no le tengan miedo a la vida. Esa era la frase que entregaba siempre el Indio Camacho.
El Indio Camacho. Un personaje que sin ser jachallero se transformó con el paso del tiempo en uno más de ellos.
Al entrar a Jáchal, por el Portezuelo en la Ruta 40 había una alcantarilla, techada con salida de humo por una improvisada chimenea.
Esa "vivienda" era de un ser lleno de vida y de luz.
Allí vivía Jorge Martin Camacho Alias "El Indio Camacho" de oficio minero, boxeador, lustra botas, y "Ciruja".
Una improvisada puerta para resguardarse del frío. Allí el Indio Camacho estaba, en el km 228 cuando entras por el Portezuelo.
Vivía como indio en libertad y donde quería. Su hermana, le hizo una habitación en su casa aterna con todas las comodidades pero igualmente eligió esa alcantarilla con sus diez perros y seis gatos.
Es paradójico en estos tiempos donde todos corremos tras el modernismo consumista y el poder existan estos seres tan vitales y millonarios de sonrisas.
Tenía una frase que perduró gracias al gran Roberto Ruiz que se atrevió a contar su historia. "Sonrían todo el tiempo, no le tengan miedo a la vida".
El Indio Camacho, no vivió desde la alcantarilla la pandemia. Se fue antes. Un 26 de febrero del 2020 se convirtió en un personaje histórico de Jáchal.
No se sabe si pudo ver el enorme mural que lo recuerda. Una obra de arte que supieron plasmar en una pared artistas de la talla de Jose Andres Bellere y Eduardo Tejada.
Así era el Indio, así lo contó el Gran Roberto Ruiz.
