Unión Vecinal acusa a OSSE por cobrar el agua pese al fin del convenio
La presidenta de la UV Manuel Belgrano aseguró que la empresa estatal dejó de gestionar el servicio pero continuó facturando sin realizar el traspaso formal. El reclamo llegó al gobierno provincial.
La presidenta de la Unión Vecinal Manuel Belgranode Albardón, Alejandra Perona, denunció públicamente a través de Zonda Diario una compleja situación que involucra a Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE). Según explicó, OSSE notificó formalmente en agosto de 2023 la finalización del convenio de gerenciamiento provisorio que mantenía con la Unión Vecinal desde el año 2013. Sin embargo, lejos de hacer un traspaso ordenado del servicio, la empresa estatal habría continuado cobrando el agua a los usuarios, generando una situación confusa.
Una historia que arranca en 2013
De acuerdo a lo relatado por Perona, en 2013, la Unión Vecinal Manuel Belgrano cedió el manejo del servicio de agua potable a OSSE mediante un convenio provisorio, a raíz de problemas estructurales en el suministro. Desde entonces, la empresa se encargó del mantenimiento, operación y facturación del servicio a más de 5.000 usuarios, aunque nunca se realizó un censo preciso para determinar la cantidad exacta de beneficiarios.
Alejandra Perona asumió la presidencia de la Unión Vecinal en 2019 y, desde entonces, ha sido testigo y parte de múltiples instancias legales y administrativas relacionadas con el manejo del agua. "Se hicieron convenios, se prorrogó, pero el 5 de agosto de este año me llegó una carta en la que OSSE informaba que ya no quería saber nada más del convenio. Que se terminaba todo", detalló.
Una desconexión sin transición
Lo más grave, según denunció Alejandra, es que OSSE no realizó ningún traspaso formal del servicio. "No me llamaron ni el 6, ni el 7, ni el 8 de agosto. Nadie vino a decirme: "esta es la jurisdicción, estos son los pozos, este es el censo, esto se ha cobrado, esto se ha invertido"", expresó.
Frente al silencio institucional, Alejandra decidió acercarse personalmente a las oficinas de OSSE en septiembre. "Me cansé de ir. No me atendieron. Ni siquiera el abogado de OSSE me dio una explicación clara. Decía que ya me iban a avisar, pero el aviso nunca llegó", relató.
A pesar de haber comunicado formalmente el fin del gerenciamiento —que según la misma documentación enviada por OSSE ya había vencido en junio de 2022—, la empresa siguió cobrando las boletas de agua a los vecinos en septiembre y planeaba hacerlo en octubre. "Eso es gravísimo. Si ya no tenés nada que ver con nosotros, ¿por qué seguís cobrando? ¿Dónde va esa plata? ¿Quién se está haciendo cargo de los pozos, de los empleados, de la planta potabilizadora?", cuestionó.
Falta de respuesta y una planta abandonada
Alejandra denuncia que no le han devuelto formalmente la planta potabilizadora, ni el listado de usuarios, ni los registros financieros ni técnicos. Asegura que el estado de la planta es "un desastre" y que no hay constancia de si se han pagado los salarios a los tres empleados que allí trabajan.
"Yo tengo que contratar gente, administrativos, operarios, comprar insumos, gestionar el mantenimiento. Pero no tengo nada. Estoy trabajando en el aire", dijo. A pesar de todo, aseguró que el suministro de agua no se ha interrumpido, pero no hay certezas sobre quién se está haciendo cargo realmente. Este medio intentó comunicarse con el presidente de OSSE, José Luis Beltran, sin éxito.
Según el relato de Perona, oportunamente ella también intentó contactarse con Carlos Borrego (gerente general de OSSE) y Beltrán , sin conseguirlo. "He mandado cartas documento, he pedido audiencias. No me reciben. Esto es una falta de respeto y una burla a toda la comunidad", afirmó con indignación.
La vecinal, en pie de lucha
En paralelo a este conflicto, asegura que están trabajando en rearmar las oficinas, equiparlas con computadoras e impresoras donadas, y organizar un nuevo esquema administrativo que les permita volver a cobrar el servicio y hacerse cargo del mantenimiento.
"No puedo seguir esperando. Necesito que me llamen, que me digan: ‘Esta es la gente, esto es lo que se facturó, esta es la infraestructura’. Estoy dispuesta a hacerme cargo, pero me tienen que dar las herramientas. Esto no puede seguir así. No se juega con el agua de la gente", concluyó.