"El equilibrio fiscal no se negocia": Hagmann analizó el discurso de Milei
El economista sanjuanino destacó la coherencia técnica del mensaje presidencial, que prioriza el superávit fiscal, aumenta el gasto social y apunta a contener el Riesgo País y la tasa de interés como condición para el crecimiento.
El economista Diego Hagmann analizó el discurso del presidente Javier Milei, centrado en el proyecto de Presupuesto Nacional 2026, y aseguró que el mensaje fue "técnicamente coherente" y reafirmó el eje central del plan económico del gobierno: el equilibrio fiscal no negociable.
"El presidente fue muy claro al ratificar que no habrá déficit fiscal y que se mantendrá el superávit. Reforzó también la prohibición de emitir dinero desde el Banco Central para financiar al Tesoro. Es decir, el gasto estará limitado a lo que se recauda", explicó Hagmann.
Aumento de partidas sociales sin romper el equilibrio
Uno de los aspectos más destacados por Hagmann fue el aumento de partidas sociales —como jubilaciones, salud, educación y universidades—, las cuales, según el discurso presidencial, crecerán por encima de la inflación estimada. En particular, Milei prometió que las jubilaciones aumentarán un 5% por encima del índice de precios.
"Eso es un buen mensaje para los jubilados, siempre considerando que si suben estas partidas, se deberá ajustar en otras áreas no sociales para no romper el equilibrio fiscal. El mensaje fue claro: gasto social sí, pero sin desbalance", señaló el economista.
Además, mencionó que el gobierno anunció el retorno del financiamiento para la obra pública, lo que interpreta como una señal hacia los gobernadores en un año con fuerte carga electoral.
"Es una forma de generar acuerdos políticos, de tejer un consenso fiscal con las provincias. Habló de ‘unidad’ y de ‘gasto nacional por debajo de las rodillas’, algo que, al revisar el presupuesto ejecutado, se comprueba: el ajuste más fuerte lo hizo el Estado nacional", indicó.
El riesgo país y la tasa de interés, los dos grandes desafíos
A pesar del mensaje optimista, Hagmann advirtió sobre dos riesgos macroeconómicos inmediatos que podrían frustrar las proyecciones del gobierno: el Riesgo País, que actualmente se ubica por encima de los 1.200 puntos, y la alta tasa de interés interna.
"Si no se logra bajar el Riesgo País ni la tasa de interés, será imposible atraer inversión extranjera directa. Con estos niveles, no viene capital productivo. Y eso pone un freno a la economía. Es clave que se tomen medidas en estas áreas esta misma semana", advirtió.
El economista también destacó que el presupuesto proyecta un crecimiento económico del 5% anual, aunque aclaró que es un número optimista, condicionado por las variables financieras.
"La economía hoy está amesetada. Si no hubieran ocurrido algunas situaciones coyunturales en el último mes, quizás podríamos haber llegado a un 7%. Pero ahora todo depende de las decisiones en el corto plazo", explicó.
Nuevo modelo de relación entre el Estado y el sector privado
Uno de los pasajes más comentados del discurso fue cuando Milei afirmó que, por primera vez, el sector público contribuirá a financiar al privado, y no al revés.
"Eso es posible gracias al superávit fiscal. El excedente podrá usarse para obras, financiamiento productivo, subsidios a la tasa. Es un cambio de paradigma: un Estado ordenado que impulsa al sector privado", analizó Hagmann.
Sin reformas estructurales, pero con un plan gradual
Consultado sobre la ausencia de reformas de fondo, Hagmann explicó que posiblemente no están dadas las condiciones políticas para avanzar en ese sentido, por lo que el gobierno optó por medidas coyunturales y una mayor inversión en lo social.
"El ajuste ya se hizo en gran parte: Milei logró bajar el gasto público en unos 7 puntos del PBI. Pero para lograr competitividad hacen falta 15 puntos. La segunda mitad vendrá con crecimiento económico. El camino es frenar el gasto y crecer", sostuvo.
Reservas estancadas y dudas sobre la política cambiaria
Finalmente, el economista remarcó una de las principales debilidades del programa económico actual: la falta de acumulación de reservas en el Banco Central, lo que genera desconfianza en los mercados.
"El gobierno usó el superávit para pagar deuda, lo cual no está mal. Pero no fortaleció reservas, y eso el mercado lo percibe. La política monetaria y fiscal están blindadas, pero la cambiaria no. Eso puede afectar el tipo de cambio si no se corrige", advirtió.
¿Repercusiones en los mercados y en la política?
En términos políticos, Hagmann interpretó el discurso como una señal de apertura hacia las provincias, con un mensaje de unidad, y una estrategia electoral centrada en recuperar el músculo social del Estado.
"El impacto va a depender de si el gobierno actúa ahora en el frente cambiario y financiero. Si baja el Riesgo País y la tasa, será un mensaje sólido. Si no, puede haber turbulencias. Es ahora o nunca", concluyó.