El Negro Luna, sinónimo de básquet

El 1 de Julio le llegó la carta de retiro o de jubilación como se quiera llamar. La que quizás interiormente esperaba porque la prioridades con el paso de los años cambian, pero para afuera la imagen incansable y sonriente del Negro Rodolfo Luna sigue muy vigente.

Al hablar del básquet en la Universidad es inevitable no mencionar al Pato Llarena en primer lugar y en segundo al Negro, en ese club y en el ambito de este deporte ese apodo solo es para Rodolfo Luna.

Siempre se dice que mejor es homenajear en vida y desde la Federación Sanjuanina de Básquet decidieron rendirle su merecido reconocimiento a la persona que le entrego su vida a este desportes desde los 14 años cuando llegó por primera vez al Palomar.

El próximo torneo llevará su nombre y recién enterado de la noticia el Negro contó sus sensaciones.

"Esto es un mimo al alma, recién me llamó el presidente y la verdad que no lo esperaba. El 1 de julio me notificaron de mi jubilación y sumado a esto son dos cosas me han movilizado en este último mes de vida. Llegando a los 60 años hay pequeños detalles que los valoras mucho" expresó el entrenador Nivel de ENEBA (Escuela Nacional de Entrenadores de Básquet)

La historia de Rodolfo Luna tuvo un comienzo tempranero para él marcandolo desde su adolescencia y que se extiende hasta la actualidad.

" A la U llegue cuando tenía 14 años, a los 15 ya había un curso de monitor, por aquel entonces entrenabamos en la cancha de Inca Huasi. Yo salía de la escuela Boero y me iba para el club y eran las 11 y el Pato me decía Nene es hora de irse. Yo disfruto mucho el basquet, es mi vida" cuenta desde su casa y recién llegado desde Mendoza.

Universidad en los últimos años ha crecido mucho en el rama femenina y el gran responsable de eso es Rodolfo Luna, que plantó la semilla en el club y ha sido el que ha cuidado y cultivado hasta llegar a este presente donde son las actuales campeones del Torneo Apertura.

"Acompañé a Fernando a Mendoza porque se realizaba el sorteo del campeonato mendocino donde estamos jugando con la U desde el año pasado. No voy a poder dejar el básquet, las horas que tenía como profesor las dejo, estaré para colaborar y me voy a poner el traje de papá para venir al partido y sentarme en la tribuna para ver jugar a mi hija" relata sonriente el Negro.

Si hay algo que destacó siempre a Rodolfo es su buen humor, su alegría y su nobleza como ser humano que la dejo siempre expresada en la camiseta que le tocó defender pero con una aclaración muy importante que realiza el propio protagonista.

"Jugue en Inca Huasi en Liga B, en Estrella tambien en un clasificatorio al Regional al igual que con Lanteri pero siempre representando a San Juan. Y te cuento una anécdota, un año Muñoz de Isca Yacú me quería llevar a jugar a ese club pero no se hacia el sorteo de las zonas y justo le tocó la U. Cuando fui a firmar le dije que no podía jugar con Isca Yacú porque nunca me podría enfrentar a la camiseta de mis amores" expresa el Negro con total orgullo.

A los 60 años, ya jubilado como profesor de Educación Física ya no formará a los estudiantes de segundo año del Instituto, tampoco dará clases en el Palomar, lo que nunca podrá dejar el Negro Luna es el básquet por que èl lo respira y es su vida.