El misterio sobre la muerte y los restos de Laprida
El diputado sanjuanino, que presidió la sesión del Congreso de Tucumán en la que se declaró la Independencia de nuestro país en 1816, murió en la batalla del Pilar, en Mendoza. Nunca se supo exactamente cómo murió y en donde están sus restos.
Francisco Narciso de Laprida fue uno de los últimos en llegar al Congreso que se desarrolló en Tucumán y comenzó el 24 de marzo de 1816, a diferencia del otro diputado por San Juan, Fray Justo Santa María de Oro, que fue el primero en llegar.
Laprida fue uno de los diputados elegidos por los sanjuaninos para representarlos en el Congreso, sin embargo el abogadono reconoció la elección en la que había sido elegido al sostener que hombres de las zonas alejadas de la provincia no habían participado de los comicios.
Sin embargo el sanjuanino viajó a Tucumán por orden de José de San Martín, en ese entonces gobernador de Cuyo. "Que Laprida vaya a Tucumán", dijo el Libertador ante la falta de un diputado sanjuanino para participar en el Congreso.
San Martín necesitaba que todos los diputados de Cuyo concurrieran al Congreso y que tuvieran un rol protagónico, ya que necesitaba que se declarará la Independencia antes de emprender el Cruce de Los Andes que estaba organizando para la liberación de esta parte del continente. Quería encabezar el ejército de un país independiente y no un ejército de mercenarios.
Del 1 de julio al 1 de agosto, Laprida ocupó la presidencia del Congreso y en su función fue clave para incluir en el orden del día del 9 la cuestión de la independencia y fue el abogado sanjuanino quien le preguntó al resto de los congresales: "¿Quereis que las provincias de la unión sean una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?".
Laprida y Fray Justo Santa María de Oro regresaron a San Juan en 1817, antes del cierre del Congreso, que se produjo en 1820 luego de la batalla de Cepeda.
En la provincia, Laprida ejerció su profesión de abogado y también desempeñó algunos cargos públicos. Fue nuevamente diputado en el Congreso de 1824 en Buenos Aires, encolumnándose dentro de la tendencia unitaria.
Iniciada la guerra civil, luego del fusilamiento de Dorrego en Navarro en diciembre de 1828, Laprida, ante la amenaza del caudillo federal Facundo Quiroga, se mudó a Mendoza en donde apoyó la revolución unitaria dirigida por Juan Agustín Moyano
En el marco de esta guerra fraticida, federales y unitarios se enfrentaron en Pilar, Mendoza, el 22 de septiembre de 1829, batalla en la que las tropas al mando del conocido popularmente como fraile Aldao derrotó a los unitarios encabezados por Moyano.
Dentro de las filas unitarias se encontraban Laprida y un joven Domingo Faustino Sarmiento, que logró escapar de la persecución emprendida por los federales luego de ganar el combate.
No corrió la misma suerte Laprida, quien fue alcanzado por los seguidores de Aldao y asesinado. Sobre la muerte del sanjuanino hay distintas versiones: Según una de ellas, Laprida recibió un lanzazo y luego fue degollado por los federales, que hicieron desaparecer su cuerpo. Otras sostiene que lo fusilaron junto a un centenar de personas y enterrado en una fosa común. También se dice que lo enterraron vivo en el medio de la calle, dejando libre su cabeza, para se pisoteada por los caballos. Su cadáver posteriormente habría sido identificado por el juez del crimen, Gregorio Ortiz, por el monograma NL bordado en su camisa, y colocado en una fosa común.
Más allá de las distintas versiones que existen sobre cómo murió a los 42 años, lo único cierto es que los restos de Narciso Laprida, quien presidió la sesión en la que se declaró la Independencia de nuestro país, nunca fueron encontrados.