Cerraron 16.000 kioscos en un año en el país y alertan por el avance de las grandes cadenas
Según la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), hay 40% menos ventas que en junio pasado. Las cadenas ganan terreno y muchos comerciantes se reinventan para sobrevivir.
En el último año, más de 16.000 kioscos de barrio bajaron sus persianas en todo el país. De los 112.000 locales registrados, apenas quedan 96.000 activos, según datos de la UKRA y la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Las provincias no escapan a esta realidad: el fenómeno golpea tanto a grandes ciudades como a pueblos del interior, incluyendo San Juan.
"El kiosco es uno de los rubros más sensibles porque el consumidor lo primero que recorta son los pequeños gustos", explicó Ernesto Acuña, vicepresidente de la cámara. Las ventas cayeron un 40% interanual, y las principales afectadas son las bebidas, que representan el 60% de la facturación y tuvieron una baja del 17%, seguidas por las golosinas (23%), galletitas (11%) y artículos de tocador (3%).
La situación se agrava por el crecimiento de los llamados "kioscos paralelos", comercios informales que funcionan desde casas particulares para evitar costos fijos como alquileres y tarifas. "Se caen del sistema por la menor compra y el aumento de gastos fijos. Muchos optan por cerrar, vender el fondo de comercio o mudarse a otras zonas", detalló Acuña.
Un problema de larga data
La caída no es nueva: en el gobierno de Mauricio Macri cerraron 28.000 kioscos; en el de Alberto Fernández, 50.000 más, especialmente durante la cuarentena. Con los cierres actuales, ya suman 94.000 kioscos desaparecidos en la última década.
El mapa del derrumbe
En zonas acomodadas de Capital como Belgrano o Palermo el golpe se siente menos. Pero en avenidas como Rivadavia, hacia el sur de la Ciudad, y en el conurbano, la baja de consumo es brutal. En el interior, la situación varía, pero en provincias como San Juan el ajuste también se hace sentir: muchos kiosqueros reportan menos ventas y mayor presión impositiva.
Creatividad para resistir
Frente a la crisis, muchos buscan reinventarse. Se diversifica la oferta con café, panificados, comida al paso, artículos escolares o juguetes. Según NielsenIQ, la variedad de productos en kioscos creció un 16% en 2024. Se incorporan marcas más económicas como Manaos, Fantoche o Astra, se venden cigarrillos en paquetes más chicos y se abandonan primeras marcas costosas como Toblerone.
"Se buscan promociones, combos, marcas alternativas. Si no se venden, quedan stocks que vencen rápido. Las grandes empresas intentan mover sus artículos con ofertas tipo 2x1", explicó Acuña.
Más allá de las góndolas
UKRA también advirtió que, tras la denuncia a Pablo Otero (el Señor del Tabaco) por lavado de dinero, la Secretaría de Comercio empezó a pedir a los kioscos que informen el precio real al que venden los cigarrillos. Detectaron diferencias de hasta el 115% entre lo que se declara al fisco y lo que pagan los clientes.
Mientras tanto, las cadenas con respaldo financiero ganan terreno. Los pequeños negocios tradicionales, en cambio, siguen cerrando o mutando, tratando de adaptarse a un contexto económico cada vez más desafiante.