Comienza el juicio contra Bolsonaro por intento de golpe en Brasil
También será juzgados siete de sus antiguos colaboradores, entre ellos varios militares y exministros. La sentencia está prevista para septiembre u octubre.
Jair Bolsonaro comienza este lunes un proceso judicial sin precedentes en la historia reciente de Brasil. El expresidente y siete figuras cercanas a su gestión se sentarán en el banquillo del Supremo Tribunal Federal (STF), acusados de haber conspirado para derrocar al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva. La acusación más extrema incluye incluso el presunto intento de asesinato del presidente.
Los cargos, de extrema gravedad, apuntan a que Bolsonaro y sus colaboradores fueron los cerebros detrás del asalto a los edificios del Congreso, la Corte Suprema y el Palacio de Planalto, ocurrido el 8 de enero de 2023, apenas una semana después de la asunción de Lula. Por estos hechos, podrían enfrentar penas de hasta 40 años de prisión.
Durante las próximas semanas, hasta el lunes 2 de junio, el STF escuchará a 82 testigos presentados por la Fiscalía y las defensas. Una vez finalizadas esas audiencias, se establecerán las fechas para los interrogatorios a los imputados y la exposición de los alegatos finales. Se espera que la sentencia sea anunciada entre septiembre y octubre de este año.
"El veredicto de este juicio no solo definirá el destino político de Bolsonaro, sino también el futuro de la derecha brasileña", afirmó en diálogo con TN la analista política Denilde Holzhacker, directora de Investigación y Posgrado en la Escuela Superior de Propaganda y Marketing.
Los implicados
Bolsonaro no estará solo frente a los jueces. Lo acompañan en el proceso su exayudante de campo, el teniente coronel Mauro Cid; el excomandante de la Marina, Almir Garnier Santos; el actual diputado y extitular de la Agencia Brasileña de Inteligencia, Alexandre Ramagem; y los exministros Anderson Torres (Justicia), Augusto Heleno Ribeiro (Seguridad Institucional), Paulo Sergio Nogueira (Defensa) y Walter Braga Neto (Presidencia).
Todos ellos enfrentan cargos por su presunta participación en una trama que, de probarse, marcaría un antes y un después en la democracia brasileña.