La histórica visita de dos papas a una ciudad argentina
El hecho ocurrió cuando el papa Juan Pablo II visitó por segunda y última vez nuestro país, visita en la que estuvo presente en 10 provincias.
En abril de 1987, el papa Juan Pablo II llegó a la Argentina, en lo que sería su segunda y última visita al país (la primera vez fue en 1982 durante la Guerra de Malvinas), en el marco de un viaje apostólico que abarcó también Chile y Uruguay.
En esta ocasión, el Sumo Pontífice visitó 10 provincias y pronunció 26 discursos en 6 días, entre el 6 y el 12 de abril. La agotadora gira comenzó en Bahía Blanca, siguió por Viedma, Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta, Corrientes, Paraná, Rosario y Buenos Aires.
Cuando el Vaticano planificó la gira de Juan Pablo II, el presidente argentino Raúl Alfonsín solicitó especialmente que incluyera en su recorrido a la ciudad de Viedma, en este entonces tapa de todos los diarios por el proyecto del Gobierno Nacional de trasladar la capital del país a esa ciudad del sur del país.
La idea de la Casa Rosada era promover ese proyecto que había presentado un año antes y que el sucesor de Pedro llevará su bendición a esas tierras sería un impulso importante para que se pudiera concretar.
Luego de arribar a Buenos Aires en donde fue recibido por Alfonsín, al día siguiente, el papa voló a Bahía Blanca y posteriormente a Viedma. En el aeropuerto Gobernador Castello de la capital de Río Negro, Juan Pablo II celebró una misa.
Una multitud, cercana a las 30 mil personas, que habían llegado desde distintas ciudades y pueblos de la Patagonia, esperaban al Sumo Pontífice, entre ellos un grupo importante perteneciente a la comunidad mapuche.
"Siento una gran alegría por haber podido venir hasta Viedma, centro de irradiación evangélica en la dilatada región patagónica, para manifestar el amor del Papa por todos y cada uno de vosotros", dijo el Santo Padre, quien antes de comenzar su alocución tomó un mate, ofrecido como "gesto de bienvenida", según la crónica de la Revista Gente.
Karol Wojtyla recordó y destacó la misión evangelizadora de los salesianos en la región patagónica y saludó, en su lengua, a los mapuches, haciendo mención de Ceferino Namuncurá, que fue beatificado por Benedicto XVI. "Ahora yo también soy mapuche", sostuvo con una sonrisa al ponerse el poncho obsequiado por integrantes de esa comunidad.
Entre los miembros de la delegación que acompañaron a Juan Pablo II en su visita a Viedma había un cura jesuita, Jorge Mario Bergoglio, quien luego sería nombrado obispo de Buenos Aires y posteriomente cardenal por Juan Pablo II y que en 2013 se convertiría en papa.
Ese 7 de abril,Viedma no solo se convirtió en la ciudad más austral del mundo en ser visitada por un Sumo Pontífice, sino en la ciudad en la que un mismo día recibió a "dos papas".