Escalada peligrosa: India y Pakistán intercambian ataques con misiles y se temen consecuencias devastadoras

La tensión entre India y Pakistán alcanzó este sábado su punto más crítico en años, tras una serie de ataques con misiles que involucran a bases militares en ambos países. El conflicto, que recrudeció tras un ataque terrorista en Cachemira el pasado 22 de abril, ha pasado de los enfrentamientos fronterizos a una guerra abierta de represalias aéreas que amenaza con desestabilizar a toda la región.

¿Qué ocurrió?

Pakistán denunció que India disparó misiles contra tres de sus bases aéreas: Nur Khan (cerca de Islamabad), Murid y Shorkot. Según el portavoz del ejército pakistaní, Ahmed Sharif Chaudhry, "las defensas aéreas interceptaron con éxito varios misiles de crucero", evitando una catástrofe mayor. La respuesta pakistaní no tardó en llegar.

Bajo el nombre de Operación Bunyan ul Marsoos —una expresión coránica que significa "muro inquebrantable"—, Pakistán lanzó una ofensiva masiva contra objetivos estratégicos en la India. Ciudades clave como Amritsar, Jammu, Jalandhar y hasta la capital, Nueva Delhi, fueron blanco de ataques, según fuentes militares pakistaníes.

 Ataques cruzados y evacuaciones masivas

Los ataques de ambos bandos han incluido objetivos sensibles como bases aéreas, centros de comando y presuntos depósitos de misiles BrahMos. Mientras tanto, miles de civiles han sido evacuados de zonas fronterizas, y los vuelos civiles en Pakistán han sido suspendidos por completo.

El ejército de India respondió con su sistema de defensa aérea, interceptando objetos voladores sobre la ciudad de Jammu. En redes sociales circulan imágenes de apagones y explosiones que aterran a la población local.

 Impacto inmediato: se paraliza el deporte y la vida cotidiana

El clima bélico también sacudió al mundo del deporte: la Liga India de Críquet suspendió todos sus partidos por una semana, y el torneo nacional de Pakistán fue trasladado a los Emiratos Árabes Unidos por razones de seguridad.

Reacción internacional: Estados Unidos se mantiene al margen

Mientras el mundo observa con preocupación, el vicepresidente de EE.UU., J.D. Vance, declaró que su país "no intervendrá" en lo que calificó como un conflicto regional. A pesar de los llamados a la desescalada por parte de organismos internacionales, ni India ni Pakistán parecen dispuestos a dar marcha atrás.

Un conflicto al borde del abismo

Con cientos de muertos desde que comenzaron las hostilidades en abril y la amenaza latente del uso de armamento más destructivo —ambos países poseen armas nucleares—, el mundo asiste a una de las mayores crisis geopolíticas del siglo XXI.

La comunidad internacional se prepara para un nuevo desafío diplomático, mientras millones de civiles en ambos lados de la frontera viven bajo el temor constante de que el próximo ataque pueda ser el último.