Una mujer y su hija, siguen buscando trabajo y un lugar donde vivir

Patricia Daneri tiene 52 años y una hija de 17. Una sanjuanina, jefa de hogar, que lleva más de dos años golpeando puertas que nunca se abrieron. Por estos días en que las oportunidades laborales escasean, las redes de contención parecen evaporarse.

Hoy, Patricia, a dos semanas de publicar su situación en Zonda Digital, necesita dos cosas urgentes: un techo y un trabajo. Con una hija adolescente a cargo y sin ingresos fijos, cada día es una lucha por sobrevivir.

Durante mucho tiempo se sostuvo con changas: limpiezas, cuidados de personas mayores, planchados a domicilio, lo que apareciera. Pero los alquileres subieron, las changas escasearon y las deudas se acumularon. Hasta que un aviso en redes sociales, que prometía trabajo en Buenos Aires, pareció una salida posible.

Vendieron lo poco que tenían y emprendieron el viaje. Pero lo que parecía un futuro mejor resultó una trampa: en Retiro nadie las esperaba. Fueron víctimas de una estafa laboral como tantas que circulan en redes.

Patricia y su hija quedaron solas, sin recursos, en una ciudad desconocida. Mientras esperaban ayuda de la Línea 108 para personas en situación de calle, le robaron el celular.

Gracias a la solidaridad de una persona conocida en San Juan, lograron volver a la provincia, pero a dos semanas del regreso, todavía no consiguen casa ni trabajo. La situación de esta mamá y su hija es complicada y la solidaridad de los sanjuaninos podría ser una vía para salir adelante.

Patricia se acercó a Zonda Digital con la esperanza de que su historia llegue a oídos solidarios. Porque lo que busca no es caridad, sino una oportunidad: una habitación donde pasar la noche, y algún trabajo, por horas, que le permita sostenerse con dignidad.

 

Para quienes puedan tenderle una mano, dejó los datos de su cuenta de Mercado Pago:
CVU: 0000003100061165772809
Alias: Giulianna999

 

Su caso pone en evidencia una crisis más profunda: el abandono que enfrentan muchas mujeres adultas sin red, sin pareja, sin empleo y con hijos a cargo. La exclusión sistemática de un sistema que no ofrece opciones reales ni caminos viables.

También deja una advertencia urgente: las estafas laborales por redes sociales son una trampa cruel para quienes más necesitan. Prometen lo que no existe y aprovechan la desesperación para robar datos, dinero, tiempo y, a veces, lo poco que uno tiene.

Hoy, Patricia y su hija siguen esperando una oportunidad real. Lo que necesitan es simple, pero vital: un trabajo honesto y un lugar seguro donde empezar de nuevo.