Jesús según el cine: cuatro películas para pensar la Pascua más allá de la fe
De Mel Gibson a Scorsese, de Pasolini a Nicholas Ray, distintas miradas sobre la figura de Cristo construyen relatos que, más allá de su veracidad histórica, invitan a reflexionar sobre el poder del sacrificio, la esperanza y la rebeldía.
Para la mayoría de los argentinos, Jesús es un personaje histórico y Pascua, una fiesta. Pero no debemos olvidar que para gran parte de la Humanidad (los cristianos son más o menos 1500 millones de un total de más de 7.500) es una gran fábula, pero no necesariamente verdad histórica. Sea como fuere, la historia de la Muerte y Resurrección es un símbolo de esperanza siempre, y los mejores cineastas que se ocuparon del tema (no todos católicos, dicho sea de paso) entendieron la verdad de las adaptaciones: que con una historia -real o no- pueden contarse otras muchas cosas.
Vamos por orden de "bondad". La Pasión de Cristo fue una especie de escándalo desde el mismo momento en el que Mel Gibson anunció el proyecto hablado en latín, arameo y hebreo, originalmente sin subtítulos. Sí, Gibson está un poco mal de la cabeza, pero filma como los dioses y es de los pocos cineastas de hoy en Hollywood que, sin prejuicios, sabe contar una historia. La Pasión… narra lo que sucede después de la Última Cena y hasta la Resurrección. Y es cierto: hay una especie de regodeo en los elementos más sangrientos de la Pasión -e incluso, en más de un momento, una saturación que la lleva al humor negro-, pero también que se anima a contar la vida del personaje desde una perspectiva muy cercana: cómo vio Jesús la pasión de Jesús. No aburre nunca en sus casi tres horas e impresiona. El final es muy bueno, además. Se puede encontrar en Star+.
Pier Paolo Pasolini era un problema para todo el mundo simplemente porque era inteligente, poeta y tenía sus propias ideas. Era, al mismo tiempo, un católico convencido y un hombre de la izquierda también convencido, al punto que terminó enemistándose con la Iglesia y el Partido Comunista Italiano por las mismas razones: la hipocresía y el trato "desde arriba" hacia los pobres. Su El Evangelio según San Mateo (ocasionalmente anda por Mubi), es prueba de cómo veía la idea de una fe que superaba al mundo, que apuntaba a lo trascendente desde un registro absolutamente realista. Es una película bella y dinámica: muestra a esos personajes como jóvenes e idealistas en un mundo que no los comprende. Y lo hace sin traicionar la letra del Evangelio.
Otro que fue un problema: Martin Scorsese. La historia de prohibiciones, aprietes, amenazas, retrasos y más prohibiciones que sufrió La Última Tentación de Cristo es totalmente incompatible con el espíritu de la película, quizás la más "católica" del lote. No adapta el Evangelio sino la novela del griego Nikos Katzantzakis que se pregunta cómo un hombre recibiría una carga, un mandato tan abrumador como el de volverse el Mesías. La película es brillante, dinámica y jamás le falta el respeto a la fe, sino que establece algo así como un "mundo paralelo". Más allá de actuaciones brillantes (Willem Dafoe como Jesús en principio, pero todos, incluido David Bowie como Pilatos o Harvey Keitel como Judas, están brillantes) molestó que este Jesús tuviera una vida sexual cuando en el final "deja" de ser el Salvador en una secuencia onírica. Aclaremos que Scorsese mostró la película en el Vaticano y tuvo el aplauso de por lo menos tres Papas después de la reacción inicial, así que tan hereje no sería. Es una película adulta sobre preguntas difíciles de responder, y por eso vale la pena. Va y viene de Max y de Netflix.
Pero la mejor de todas es Rey de Reyes, realizada por Nicholas Ray en 1961 (está en YouTube). Sí, por décadas era una película obligada en la programación televisiva de Semana Santa, pero es difícil que alguien la haya entendido en serio. La vida de Jesús está vista desde el punto de vista de un funcionario romano que debe investigar si es un revolucionario, una amenaza. Y gran parte se focaliza en otros personajes: Juan el Bautista, que es el que "sabe"; y la dupla Judas-Barrabás. Ambos quieren la expulsión de los romanos, pero el primero lo desea de un modo pacífico, desde la prédica de Jesús; y el segundo, con la violencia. Pero como todos los personajes de Nicholas Ray, el Jesús de Jeffey Hunter es diferente del resto de las personas: su prédica es básicamente espiritual y eso es lo que quienes lo rodean no comprenden. Quizás sea la que más cambios tiene respecto de los Evangelios, la más "Hollywood" en lo visual y la que deja más preguntas de todo tipo al final.