Carbajal buscó despegarse de las demoras en la rendición de cuentas y apuntó contra su propio equipo técnico

Ayer por la mañana, el intendente de Calingasta, Sebastián Carbajal, se presentó ante el Concejo Deliberante en una sesión convocada por los ediles para exigir explicaciones sobre la falta de entrega de balances y partes diarios, tal como exige la normativa vigente. Lo que debía ser una instancia de rendición de cuentas se transformó, en cambio, en un ejercicio de deslinde de responsabilidades.

Lejos de asumir plenamente el retraso en las presentaciones, Carbajal optó por apuntar contra su propio equipo técnico. En sus declaraciones, el jefe comunal atribuyó las demoras a supuestos problemas en el área de Hacienda y a la falta de firmas del contador municipal. Incluso, fue más allá al manifestar desconocer por qué el contador no se presentó ante los concejales: "Tenía que presentarse con nosotros el contador del Poder Ejecutivo y no sé por qué no se ha presentado", declaró.

La justificación principal giró en torno a un cambio en la jefatura de Tesorería que, según sus palabras, habría generado un cuello de botella administrativo que se arrastra desde hace tiempo. "Este problema no es de ahora", insistió el intendente, que buscó de este modo encuadrar el conflicto como parte de un proceso estructural y no como una falla de gestión reciente.

Sin embargo, el argumento dejó sabor a poco. Fuentes del Concejo indicaron que, si bien el equipo de gobierno trabajó a contrarreloj para entregar la documentación requerida, la información sigue incompleta. Carbajal se comprometió a enviar el resto de los papeles el próximo lunes, mientras los ediles ya adelantaron que deberán analizar con lupa lo recibido para detectar posibles irregularidades.

"Ahora hay que estudiar lo que llegó, y ver si está todo en regla", señalaron algunos concejales, quienes advirtieron que, por el volumen de datos, el análisis llevará tiempo.

Las declaraciones del intendente, publicadas también por el diario Revolucionario de Calingasta, dejaron flotando la sensación de que Carbajal intentó proteger su imagen política a costa de exponer a su equipo técnico. Más que ofrecer certezas, su paso por el Concejo encendió nuevas alarmas sobre el estado interno de la administración y la solidez de los procesos contables.

A pesar de prometer que a partir de ahora los informes serán entregados mensualmente, la confianza entre el Ejecutivo y el Legislativo local parece haberse erosionado. La transparencia, tan declamada en el discurso, sigue esperando traducirse en hechos concretos. En tanto, con este tipo de actitudes se sigue debilitando la relación institucional entre ediles y el Concejo Deliberante.