Diego Hagmann: "Es una buena noticia, pero también una mala noticia"
El economista analizó los recientes anuncios del Gobierno respecto al fin del cepo para personas humanas, en el marco de un nuevo régimen cambiario con flotación sucia. También advirtió sobre el contexto inflacionario y el impacto de estas decisiones en la economía.
La eliminación progresiva del cepo cambiario comenzó a tomar forma en Argentina. En declaraciones a Zonda Diario, el economista Diego Hagmann brindó una lectura integral de los motivos detrás de esta medida, su implementación y sus implicancias tanto para el mercado como para la población. Según su análisis, la decisión llega en un momento clave, con alta inflación, desembolsos externos importantes y un sistema cambiario que mutará hacia un modelo de flotación sucia con bandas de intervención.
"Es una buena noticia, pero también una mala", señaló Hagmann. "La inflación de marzo fue alta, más de lo esperado, y eso presionaba aún más sobre el tipo de cambio. En este contexto, el dólar, que es una mercancía más en la economía, iba a tender a subir todavía más", lo que de algún modo apresuró la decisión.
Flotación sucia con bandas: cómo funcionará el nuevo esquema
A partir del lunes, se implementará un régimen de flotación sucia con bandas: el tipo de cambio fluctuará libremente entre los $1.000 y los $1.400. Dentro de ese rango, el Banco Central no intervendrá. Sin embargo, si el dólar cae por debajo de los $1.000 o supera los $1.400, el organismo monetario podrá intervenir para contener la volatilidad.
"Es un paso intermedio hacia una flotación limpia. En este esquema, el Banco Central actúa solo cuando el valor del dólar sale de las bandas", explicó Hagmann. "Esta medida es buena, y se toma en un momento oportuno: justo antes de Semana Santa, cuando solo habrá tres días hábiles de mercado, lo que ayuda a controlar posibles reacciones bruscas".
La salida del cepo, solo para personas humanas… por ahora
En esta primera etapa, la liberación del cepo cambiará solo afecta a personas humanas, es decir, individuos que operan legalmente con moneda extranjera. Las personas jurídicas —como empresas e inversores institucionales— seguirán sujetas a restricciones.
"Significa que va a haber un solo tipo de dólar para las personas: ya no habrá más dólar oficial, dólar turista, dólar MEP, contado con liqui, etc. Habrá solo un dólar comprador y vendedor, y eso simplifica mucho", dijo Hagmann.
"Las grandes inversiones siguen sujetas al cepo. Eso probablemente se mantenga hasta fin de año".
Respaldo financiero: los dólares que dan margen
Hagmann señaló que la decisión no es improvisada y responde a un nuevo contexto de mayor disponibilidad de divisas. El Gobierno recibió la aprobación del FMI para un desembolso de 20.000 millones de dólares, de los cuales 15.000 millones son de libre disponibilidad. Además, se habría cerrado un REPO con bancos privados y se sumarían fondos de organismos multilaterales.
"El gobierno va a tener más de 20.000 millones de dólares disponibles. Esa espalda permite avanzar con esta medida sin quedar tan expuesto a movimientos especulativos", explicó.
¿Hay riesgo de devaluación?
Aunque técnicamente no se trata de una devaluación directa, Hagmann advierte que podría haber una corrección cambiaria implícita si el valor del dólar dentro de la banda superior se sostiene o sube.
"Si el dólar pasa de $1.000 a $1.300 o más, hay una modificación en la paridad. No es una devaluación formal, pero sí una corrección cambiaria. El tipo de cambio deja de estar fijo y pasa a flotar con cierto margen de maniobra".
Un movimiento esperado y observado de cerca
El anuncio de la salida parcial del cepo cambiario llega en un contexto complejo, marcado por una inflación alta y presiones sobre el tipo de cambio. Aunque Hagmann considera la medida como positiva y bien planificada, advierte que habrá que observar con atención su implementación y la reacción del mercado.
"Es una medida que la gente reclamaba, es buena, es oportuna, y se da en el marco de un respaldo financiero importante. Pero ahora hay que ver cómo se comporta el mercado", concluyó el economista.