El testimonio de Juan Manuel Morrone, un excombatiente que lleva la guerra en su memoria
Su testimonio refleja las marcas imborrables del conflicto y la lucha por el reconocimiento que llegó tarde, en 1989. "Malvinas es parte de Argentina y las nuevas generaciones deben seguir reclamándola", afirma.
Este miércoles 2 de abril, Argentina conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, una fecha que rinde homenaje al sacrificio y la valentía de quienes defendieron la soberanía nacional en el conflicto de 1982. En este marco, Zonda Diario dialogó con Juan Manuel Morrone, un excombatiente de 63 años que compartió su experiencia en las islas y reflexionó sobre las marcas imborrables que dejó la guerra, así como sobre la lucha por el reconocimiento y la importancia de mantener viva la causa Malvinas.
Morrone ingresó a la Armada Argentina en 1978, con tan solo 15 años, para seguir la carrera naval. En 1980 fue trasladado a Puerto Belgrano y, dos años después, se encontró participando en el conflicto bélico a bordo de un destructor Clase Seguí."Nosotros fuimos parte del apoyo de lo que fue la custodia de aquel desembarco. Nos enteramos una madrugada antes de que íbamos a Malvinas. Zarpamos como si fuese una etapa más de la flota de mar y, luego, a través de los altoparlantes del buque, el almirante Carlos Büsser nos comunicó que se estaba realizando el desembarco. Fue todo sorpresivo", relató.
Durante los 74 días de guerra, su buque navegó por distintos puntos estratégicos. El hundimiento del crucero General Belgrano marcó un antes y un después: "El almirante ordenó desplazar la flota a aguas menos profundas porque se sabía que no era un solo submarino inglés, sino tres: el nuclear Conqueror y dos convencionales".En ese contexto, Morrone recuerda dos momentos de máxima tensión: "Tuvimos un sobrevuelo de un helicóptero inglés en aguas abiertas y un rumor de torpedo que, gracias a Dios, no tuvo impacto. No tuvimos bautismo de fuego, pero fueron situaciones difíciles".
A pesar de las vivencias en el conflicto, Morrones continuó su carrera naval y se retiró en 2013 como suboficial Principal Mecánico de Armas, tras 35 años de servicio. Sin embargo, la guerra dejó una huella imborrable en su vida. "La guerra no es buena para nadie. Fallecen seres humanos de ambos lados. Perdí cuatro compañeros con los que compartí tres años en la escuela de mecánicos. Vecinos y amigos. La verdad es que la guerra te marca para toda la vida", confesó emocionado.
La lucha por el reconocimiento
Consultado sobre si considera que el Estado ha reconocido a los veteranos en estas cuatro décadas, Morrone fue contundente: "Al principio no. La ley para el reconocimiento de los veteranos de guerra llegó recién en 1989. Durante esos años, muchos conscriptos y personal de cuadro que habían pedido la baja lucharon por ser escuchados. En Buenos Aires, con la famosa carpa verde, estuvieron casi ocho meses reclamando. Gracias a ellos, los demás fuimos reconocidos". En ese sentido, destacó que el pedido no era solo por una distinción simbólica, sino por necesidades concretas: "Se buscaba atención psicológica y médica, algo que necesitábamos en aquel momento".
Un mensaje para las nuevas generaciones
Finalmente, Morrones dejó un mensaje claro para los más jóvenes: "Las generaciones nuevas tienen que saber que Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur son parte del continente argentino, son parte de Argentina, y lo tienen que seguir reclamando. No es solo una isla, es la geopolítica de esa zona. Inglaterra busca reclamar parte de la Antártida argentina, además de los recursos como hidrocarburos y pesca"