Investigan si un joven fue perseguido y baleado por policías
El fiscal, a cargo de la investigación, sostuvo que "llama la atención que hasta ahora ningún efectivo haya dado un descargo ni se haya presentado voluntariamente para explicar el procedimiento".
La Unidad Fiscal de Delitos Especiales, a cargo del fiscal Dr. Nicolás Schiartino, investiga el caso de un joven que recibió un disparo con un perdigón de goma mientras circulaba en moto por Ruta 40 y calle Benavides.
El denunciante fue identificado por fuentes policiales como Gustavo Agustín López Morales, de 20 años, relató en su denuncia, que el 17 de marzo, mientras conducía, fue interceptado por dos motos.
A pesar de que una encendió una sirena, en ningún momento le dieron la voz de alto. Al seguir su camino, sintió un disparo en la espalda y se percató de que estaba sangrando.
Tras el impacto, el joven logró llegar a la estación de servicio YPF en calle Centenario, donde pidió ayuda, dijeron las fuentes.
En el lugar, la Policía advirtió la presencia de una persona herida y comenzó una persecución hasta la casa de la tía del denunciante, donde finalmente le fue retenida la moto.
Sin embargo, el video de seguridad disponible confirma que los efectivos que participaron en la persecución no fueron quienes dispararon el arma.
Ante la falta de identificación de los responsables, la UFI de Delitos Especiales trabaja en la revisión de cámaras de seguridad y dispositivos de comunicación policial (HT) para determinar qué efectivos estaban en la zona en ese momento.
"Estamos investigando quién efectuó el disparo", confirmó el fiscal Schiartino, aclarando que aún no se ha identificado a los autores.
El caso está caratulado provisoriamente como "lesiones ocasionadas por funcionarios públicos".
La Fiscalía busca establecer si los efectivos actuaron de manera desproporcionada al disparar contra el joven sin dar la voz de alto. "No es la metodología adecuada para reducir a una persona", señaló el fiscal.
Según el testimonio del denunciante, tras recibir el impacto, se giró y vio que los atacantes eran policías. Identificó dos motos policiales, una con dos ocupantes, donde el acompañante fue quien efectuó el disparo. A pesar de estos datos, no ha podido reconocer rostros ni precisar el modelo de los vehículos.
La Fiscalía evalúa la posibilidad de secuestrar y peritar las armas de los policías que operaban en la jurisdicción. "Estamos investigando qué policías estaban en servicio, qué motos utilizaban y qué armas portaban en ese horario", explicó Schiartino.
La falta de reportes oficiales sobre una persecución o un procedimiento relacionado en ese horario ha generado sospechas sobre un posible encubrimiento dentro de la fuerza.
"Nos llama la atención que hasta ahora ningún efectivo haya dado un descargo ni se haya presentado voluntariamente para explicar el procedimiento", indicó el fiscal. Aún no se han identificado imágenes en las cámaras de seguridad que confirmen la presencia de las motos policiales en la estación de servicio.
Las diligencias investigativas incluyen el análisis de registros de comunicación interna de la policía, imágenes del CISEM y cámaras privadas.
"Este es un trabajo complejo que lleva tiempo, pero estamos arbitrando todos los medios necesarios para esclarecer los hechos", concluyó el fiscal. A partir de hoy, se procederá al levantamiento y revisión de material fílmico en busca de evidencias.