Ni el viento se quiere perder la Fiesta Nacional del Sol| Abrir nota completa...
Para ver esta nota en internet ingrese a: https://www.diarioelzondasj.com.ar/a/327992
Historia en Verdinegro

Leonor de Páez: La pasión verdinegra de una hincha de 86 años

A sus 86 años, Leonor de Páez se ha convertido en un ícono de la hinchada verdinegra del Club Atlético San Martín. Desde su llegada a San Juan en 1958, ha vivido la evolución del fútbol y del club, convirtiendo cada partido en una celebración familiar

Leonor y su nieto Alexis en el partido de San Martín vs River

En el corazón de San Juan, en el estadio Hilario Sánchez, se encuentra una figura entrañable que ha sido testigo de la historia del Club Atlético San Martín. Leonor de Páez, con sus 86 años, es más que una hincha; es un símbolo viviente de la pasión futbolera que une generaciones. Cada vez que el silbato del árbitro suena, ella se convierte en una de las voces más entusiastas de la tribuna este, donde alienta a su amado San Martín con el fervor de una verdadera verdinegra.

Leonor, cordobesa de nacimiento, llegó a San Juan en 1958. Desde entonces, su vida ha estado entrelazada con la historia del club. "Soy verdinegra de corazón", dice con una sonrisa que ilumina su rostro. "Mi papá era futbolero de alma, casi de los socios fundadores de Talleres de Córdoba. Cuando llegamos a San Juan, no había duda: había que ser de San Martín". Desde entonces, su amor por el equipo ha sido inquebrantable, a pesar de las dificultades que la vida le ha presentado.

Recuerda con nostalgia aquellos primeros partidos, cuando las mujeres no podían ingresar a la cancha. "Nosotros teníamos que mirar desde afuera, arriba de una pared, un techo o desde la alambrada. En Córdoba, las mujeres se reunían en un salón a tomar mate mientras los hombres disfrutaban del juego. Pero yo iba a la cancha desde muy chiquita, prácticamente desde el vientre de mi madre", relata Leonor, mientras sus ojos brillan al recordar esos tiempos.

La emoción de ver a San Martín desde la alambrada era intensa, aunque incómoda. "Había mucho fervor, pero éramos menos personas. La cancha no era como ahora, no existían los edificios que la rodean ni la avenida de Circunvalación. Pero el fervor era grande, muy grande", dice con un aire de melancolía.

Uno de los momentos más emotivos de su vida como hincha fue el ascenso del equipo en 2007. "No fui a la cancha, pero lo escuchamos por radio. Fue muy emocionante. Recuerdo a César Monasterio en el arco, al Purruco Antuña y al Tete Quiroz como director técnico. Era la primera vez que subíamos, y lo vivimos con un grupo de amigos", recuerda con una mezcla de alegría y nostalgia.

El fútbol ha sido, para Leonor, un "cable a tierra". "Trabajé mucho, mi esposo también. Criamos a nuestros tres hijos a fuerza de trabajo y les dimos educación. El fútbol era nuestro escape, nuestro cable a tierra, nuestra forma de disfrutar", explica. Ahora, sus nietos la acompañan en cada partido, y ella se siente orgullosa de haberles transmitido esa pasión. "Nacieron en una casa verdinegra, así que no podían ser otra cosa", dice con una risa contagiosa. Ahora su esposo José la deja en la puerta del club con uno de sus nietos y luego, al final del partido, los pasa a buscar.

Los Paéz en verdinegro: Alexis,Leonor y José

La tribuna este se ha convertido en su segundo hogar. "Cuando piso el portón de entrada, se termina el mundo. Puedo tener problemas, pero al llegar a la cancha, vivo el momento y lo disfruto", afirma Leonor. A su lado, sus nietos comparten la misma emoción, y juntos forman parte de un grupo de hinchas que, aunque no se conocen del todo, comparten la misma pasión.

A lo largo de los años, Leonor ha visto cómo ha cambiado la afición. "Hoy hay más mujeres en la cancha, muchas vienen con sus familias. En nuestra parte-la tribuna este-, la gente se porta bien. Nunca he visto un mal gesto. El respeto es fundamental, y eso es admirable", dice con orgullo. Sin embargo, también señala que ha notado la llegada de nuevos hinchas que solo aparecen en los buenos momentos. "Están en las buenas, no en las malas", lamenta.

Con una voz firme, Leonor comparte su opinión sobre el fútbol actual. "Desde mi época, ha cambiado mucho. Antes era más lento, más tosco. Ahora ha mejorado en todos los aspectos, no solo en Argentina, sino en todo el mundo", reflexiona. Y no se olvida de enviar un mensaje al técnico Raúl Antuña: "Estoy muy contenta con Antuña, el Chapa y el Roly Rodríguez porque son chicos del club. Ellos sienten la camiseta y ponen todo por el club".  En lo futbolístico afirma con autoridad "solo les pido a Antuña que juegue un poco más por la izquierda, donde está Dante Álvarez", dice con una sonrisa pícara.

Leonor de Páez es un ejemplo de amor y dedicación al fútbol. A sus 86 años, sigue siendo una hincha ferviente, una voz que resuena en el Hilario Sánchez, recordando a todos que la pasión por el deporte no tiene edad. "El fútbol es parte de mi vida, y siempre lo será", concluye, mientras se prepara para alentar a su querido San Martín en otro emocionante partido.

Últimas noticias

Ver más noticias