Trump insiste con su reforma estatal: quiere cerrar el Departamento de Educación
El presidente de Estados Unidos continúa con su plan para reducir el gasto público y propuso desmantelar el Departamento de Educación, delegando esa responsabilidad a cada estado.
Donald Trump continúa con su plan para reducir el gasto público y propuso desmantelar el Departamento de Educación, delegando esa responsabilidad a cada estado. Sin embargo, para llevar a cabo esta medida necesitará el apoyo del Congreso, donde enfrenta obstáculos importantes.
El mandatario norteamericano tiene previsto firmar este jueves una orden ejecutiva para iniciar el proceso de cierre del Departamento de Educación, según informaron fuentes oficiales. La nueva secretaria de Educación, Linda McMahon, sería la encargada de llevar adelante esta iniciativa, que forma parte de las reformas impulsadas por Trump para modificar la estructura del Estado y optimizar el gasto público.
El Departamento de Educación funciona como agencia independiente desde mayo de 1980, cuando el expresidente Jimmy Carter lo creó, separándolo del Departamento de Salud, Educación y Bienestar. La propuesta de Trump busca revertir esa decisión y transferir las competencias educativas a los estados, eliminando la centralización de políticas en esa área.
Sin embargo, la medida enfrenta serios desafíos. Según destacó el Washington Post, para desmantelar el Departamento de Educación, el presidente necesitaría la aprobación de una ley en el Congreso y el respaldo de al menos 60 senadores, una cifra difícil de alcanzar dado que los republicanos solo cuentan con 53 escaños. Además, ya circula en el Congreso un borrador de la orden ejecutiva que reconoce las limitaciones legales de Trump para avanzar unilateralmente con esta propuesta.
Desde su asunción el 20 de enero, Trump firmó casi cien órdenes ejecutivas en busca de recortar fondos y cerrar oficinas estatales, con el objetivo de disminuir el gasto público. No obstante, el cierre del Departamento de Educación podría convertirse en una de las pruebas más difíciles para su administración, dada la resistencia que genera tanto en la oposición como en sectores educativos y sindicales.