Rituales de Año Nuevo: las cábalas para recibir el 2025
Uvas, valijas e incluso ropa interior, son muchas las costumbres que se estilan en la última noche del año. Conocelas.
Como cada 31 de diciembre, la Nochevieja se convierte en un momento de celebración, reflexión y rituales que marcan el cierre de un ciclo. Este año, Google se sumó a los festejos con un doodle especial que destaca la importancia de este día en el calendario gregoriano. En Argentina, las tradiciones para despedir el año combinan simbolismo, cultura y costumbres locales que reflejan el espíritu único del país.
El blanco como símbolo de renovación
Una de las costumbres más extendidas en el país es vestirse de blanco. Este color, asociado a la pureza y la renovación, es considerado un imán para las buenas energías. Si bien el blanco no es técnicamente un color, sino una combinación de todos los tonos de luz, su significado espiritual lo convierte en un favorito para atraer vibraciones positivas en el comienzo del nuevo año.
La quema de muñecos: una tradición única de La Plata, Berisso y Ensenada
En la región de La Plata, Berisso y Ensenada, la nochevieja adquiere un matiz especial con la tradicional quema de muñecos. Este ritual, que comenzó en 1956 en la esquina de las calles 10 y 40 de La Plata, consiste en incinerar figuras llamadas "momos" como símbolo de dejar atrás lo viejo y dar la bienvenida a lo nuevo.
Los muñecos, que pueden representar personajes infantiles, figuras deportivas o culturales, son creados por grupos de vecinos que financian su construcción con la ayuda de comerciantes locales. Elaborados con estructuras de madera, hierro y alambre, y revestidos en papel maché, estas figuras se convierten en el centro de atención durante la última noche del año.
Dulzura y buena suerte: otras costumbres nacionales
En distintos puntos del país, otras tradiciones también forman parte de los festejos de fin de año. Comer 12 pasas de uva, una por cada campanada que marca el cambio de calendario, es un ritual que promete un año lleno de dulzura.
Por otro lado, la bombacha rosa es un clásico entre las mujeres argentinas. Esta tradición, que tiene raíces en la época victoriana, se relaciona con la prosperidad y la buena suerte. El 24 de diciembre, se regala esta prenda íntima, que se estrena el 25 o el 31 como un gesto simbólico de atracción de energía positiva.
Valijas y deseos de viaje
Para quienes sueñan con viajar en el nuevo año, caminar con una valija por la vereda es una práctica que no puede faltar. Este ritual, cargado de optimismo, simboliza el deseo de un año repleto de aventuras y destinos por descubrir.
Qué ocurre en otras partes del mundo
La tradición de comerse las 12 uvas es común en muchos países a lo largo del planeta. En España, por ejemplo, lo hacen en la Puerta del Sol, en Madrid, a la medianoche, y aquí la cuestión es más severa: la creencia indica que aquel que no las coma todas antes de que finalicen las campanadas, tendrá un año de mala suerte.
En tanto, en Perú lo que prima tiene que ver con la vestimenta; más precisamente, la ropa amarilla dado que aquel color está relacionado con el sol naciente. Allí también suelen fabricar muñecos con personajes mediáticos, en cuyo interior les colocan objetos que se dejaron de usar en el año viejo.
Del mismo modo, en Honduras y Ecuador queman prendas y muebles que simbolizan un mal recuerdo; y en Colombia se escribe en papelitos lo que se desea alejar de la vida y se los guarda en un muñeco al que se prende fuego.
En México, por su parte, una de las peculiaridades es que allí existe la creencia de que, para atraer dinero, hay que poner un pequeño borrego de plástico detrás de la entrada principal de una casa durante las primeras horas del año.
Por otro lado, en Río de Janeiro, Brasil, se realiza la fiesta de Iemanjá, la diosa del mar, el 1 de enero, aunque en Bahía y en Fortaleza se celebra en febrero. Allí, la gente entra al mar y arroja ofrendas florales: gladiolos blancos para pedir paz, rojos para el amor y amarillos para el dinero. También, se tiran cartas con pedidos para el nuevo año que la deidad yoruba promete cumplir.