Adrián Leyton, el gomero iglesiano que desafía la cordillera con su Renault 12
Desde 2014, Adrián Leyton cruza la cordillera de los Andes en su Renault 12 modelo 80, una tradición que ahora comparte con su hija, transmitiendo un legado de aventura y pasión por los fierros.
Adrián Leyton, un gomero de 52 años residente en el departamento Iglesia, ha convertido una travesía de alta montaña en una tradición personal. Desde 2014, este vecino cruza la frontera hacia Chile a través de la Cordillera por el Paso de Agua Negra, no en un moderno 4x4, sino en su fiel Renault 12 modelo 1980. Esta singular práctica, que desafía las alturas y los caminos sinuosos de la cordillera.
Adrián una persona muy querida de la zona y propietario de la "Gomería Cruce de La Frontera" , estratégicamente ubicada a solo un kilómetro de la aduana argentina en Las Flores, sobre la Ruta Nacional 150, kilómetro 296, Leyton personifica el espíritu aventurero de la región.
Padre de tres hijos, adquirió su Renault 12 en 2012 y, tras una meticulosa puesta a punto, se embarcó en su primer cruce a Chile en 2014. "Compré el Renault 12 en 2012. Lo arreglé porque tenía algunos detalles que necesitaban atención. Lo dejé en buenas condiciones y en 2014 hice mi primer cruce a Chile por el Paso de Agua Negra. Desde entonces, viajo todos los años, un año hice hasta 6 viajes, pero normalmente hago al menos uno o dos viajes a Chile", relata Adrián a Zonda Diario, revelando la pasión que lo impulsa a repetir este viaje año tras año.
Leyton es un perfeccionista cuando se trata de mecánica. Aunque admite que al Renault 12 podría faltarle pintura o tener detalles en el tapizado, asegura que la estructura y el motor siempre están impecables. "Yo mismo le hago la mecánica. Tengo una libreta donde anoto todas las fallas: rulemanes, frenos, amortiguación. Si algo necesita cambiarse, lo hago de inmediato", explica.
La dedicación de Adrián no pasa desapercibida. En cada cruce, gendarmes y carabineros quedan fascinados al verlo llegar con su Renault 12 intacto. "Muchos vehículos nuevos se quedan en la cordillera, pero el mío sigue andando. Una vez pasé una camioneta Toyota en la montaña, y cuando nos encontramos en la aduana me dijeron: ‘¡Es increíble cómo anda ese auto!’".
Para Adrián, manejar en la cordillera no es algo que se tome a la ligera. "La cordillera es para gente que conozca manejar allí. Hay choferes de ruta y choferes de alta montaña, y son cosas totalmente diferentes", reflexiona.
Su experiencia no solo le ha permitido superar las dificultades del terreno, sino también ayudar a otros. "He llevado turistas que se han quedado varados, actuando casi como remisero hacia Chile", recuerda.
"Le hice todo: tren delantero, tren trasero, le desarmé el motor, lo chequeé, lo armé todo de nuevo. Y desde ahí, hasta el día de hoy, el motor sigue andando sin problemas", agrega con orgullo.
Para Adrián, cruzar no es solo un trayecto, sino una oportunidad de compartir momentos y renovar la conexión con la cultura y las amistades chilenas. Asimismo, contó que está llevando la tramitación para ser ciudadano chileno.
Un legado sobre ruedas
El último cruce de Adrián fue especial. Por primera vez, su hija Caren, de 20 años, lo acompañó al volante. "Quiero pasarles mi sabiduría a mis hijos. Caren tiene carnet de conducir desde los 17, pero esta fue su primera vez manejando hasta Chile por el Paso de Agua Negra", relató con mucho entusiasmo.
El Renault 12, con su motor intacto y un alma que parece inquebrantable, no es solo un vehículo; es el símbolo de una vida dedicada al esfuerzo, al aprendizaje y a la aventura. En las manos de Adrián Leyton, este clásico no solo desafía la cordillera, sino que también escribe su propia historia en las alturas.
EL DATO
El Paso de Agua Negra conecta la provincia de San Juan (Argentina) con la región de Coquimbo (Chile) a través de la Cordillera de los Andes. Es uno de los pasos más altos del país (4.780 metros sobre el nivel del mar), y funciona como un corredor natural entre el Atlántico y el Pacífico, lo cual lo convierte en una vía estratégica para el comercio y la integración regional.
Desde su habilitación en 1965, ha sido escenario de intercambios culturales, eventos deportivos binacionales y encuentros institucionales. Cada año, miles de personas cruzan por allí para visitar familiares, hacer turismo o participar en actividades binacionales. El paso solo está habilitado en verano, por razones climáticas (nieve, hielo y riesgo de avalanchas). Esto limita su uso y es uno de los principales motivos por los que se impulsa la construcción del túnel.