Le incautan cigarrillos de marihuana y queda libre| Abrir nota completa...
Para ver esta nota en internet ingrese a: https://www.diarioelzondasj.com.ar/a/323961
Legado

La peña folclórica, la tradición y la cultura popular

Las peñas folclóricas no solo son lugares de encuentro, sino también de preservación de la cultura popular. A través de la música y la danza, estos espacios nos conectan con el pasado y permiten que las nuevas generaciones se mantengan en contacto con su identidad nacional.

Festival del Molino Viejo de Jáchal.

Tal vez el tema ya no esté de moda y los parámetros de hace veinte años atrás ya no sean los mismos, resultado en parte de la "globalización" reinante. Lo cierto es que, como la define el Lic. Víctor García en su tesis de licenciatura (que tiene cierta perennidad y actualidad justamente por estar escrita y porque las tradiciones de los pueblos se resisten a morir), la peña folclórica -fenómeno que puede ser extensivo en alguna medida a las fiestas populares- es ese "lugar de encuentro entre amigos que se reúnen habitualmente para recrearse y celebrar", y asimismo es "un sitio de difusión de cultura". Es más, la peña termina siendo un lugar de reunión "en la que los músicos y bailarines, como lo hacían en sus pueblos, se encuentran con un único sentido: el reencuentro con sus raíces". Claro, existe una historia detrás de ella, pero antes de pasar a su historia, definamos el término folclore.


El concepto de folclore
Según el chileno Manuel Dannetnann, un hecho cultural llega a convertirse en folclore ("saber del pueblo") cuando "funciona como un bien propio, común, aglutinante y representativo" para un grupo o pueblo. Para Juan Magariños de Moretón, "el folklore no es un fenómeno social sino un discurso social de determinadas características que atribuye significado folklórico a determinados fenómenos sociales". Por su parte, el argentino Augusto Raúl Cortázar define el hecho folclórico como aquellos "modos populares, vigentes en la sociedad, empíricos, tradicionales, funcionales, anónimos y regionales". De todas maneras, nos advierte el Lic. García, lo ciertos es que "el tiempo demostró a quienes se encargaban del estudio del folklore, que el concepto de comportamiento folklórico y de comunidad folklórica es algo indivisible". Dicho esto, pasemos a la historia.


Antecedentes históricos de la peña folclórica
"En la consolidación de la Argentina -explica en sus tesis el Lic. García- la toma de conciencia de los valores que subyacen en el folklore estuvieron estrechamente vinculados con un emergente movimiento nacionalista y sus variedades afines como tradicionalismo, criollismo, nativismo o costumbrismo", aunque "el gran impacto producido por el desarrollo económico a fines del siglo XIX dio lugar a profundas transformaciones, lo que llevó a que la Argentina para 1910 se convirtiese en uno de los principales países exportadores del mundo". Al mismo tiempo se convertía en la receptora de un gran flujo migratorio proveniente de los países europeos. No obstante, dándole expresión y sentido al apelativo de "crisol de razas", nuestro país supo fundir en una sola cultura a todos los habitantes de su territorio: nativos e inmigrantes.

Fiesta Nacional de la Tradición de Jáchal.


Como reconoce también García, "celebrar, guardar o santificar las fiestas" es una costumbre que tiene raíces religiosas, pues "desde tiempos remotos, la fiesta ha sido celebración". En la Argentina, en los albores del siglo XX, comenta García, el hombre rural "se reunía con sus pares, generalmente al finalizar la temporada rural", e incluso después de una jornada laboral o semana de trabajo.


Nuestros aborígenes, cuando danzaban y cantaban, refiere el autor de la tesis que estamos comentando, "lo hacían en algún rito para algún dios", pidiendo "a los espíritus que los acompañasen en sus acciones diarias". Y si recurrimos a la visión de la hispanidad, completa García, "el mayor festejo se hace con base en la religión", lo que no hace más que confirmar que religión y cultura, religiosidad y humanidad, tienen un mismo origen en toda época y en cualquier lugar del mundo. 


Al mismo tiempo, el Lic. García explica con sencillez y elocuencia el fenómeno que produjo el traslado del folclore del campo a la ciudad. "Hay un proceso histórico -explica García- que en la Argentina hace que los sectores rurales, por diversas circunstancias, se trasladen a las grandes urbes donde se instalan en la periferia. Es allí donde renace el folklore y sus diversas manifestaciones como resabio de lo que no se encuentra, de lo que no se tiene, de lo que se carece. Es la falta de su propio lugar. Se encuentran en un nuevo circuito en el que deben enfrentar un nuevo modo de vida y, además, luchar contra los problemas que causa el desarraigo. De esta forma, traen a la ciudad sus expresiones culturales. Los hombres se unen y junto a sus pares, rememoran la tierra que dejaron. Esto se produce en el encuentro…".


El lugar del encuentro   
Como decíamos al introducirnos en el tema, el lugar de encuentro es la peña: "Es la peña un lugar de unión, de placer, de legitimación de sus raíces". Tanto es así, que ya veinte años adentro del siglo XX, refiere García, "se hacen sentir en estos lugares quienes a la postre serán los grandes exponentes del folklore nacional. Ejemplo de ello es que por ese entonces Andrés Chazarreta presenta en el Teatro Politeama de Buenos Aires a su conjunto de danzas. En la oportunidad reproducen piezas y coreografías que habían sido recogidas por el folklorista en distintos lugares de Santiago del Estero". Con lo que el fenómeno se amplía: no solo se trata del traslado del folclore del campo a la ciudad sino además del Interior a Buenos Aires.


En la misma época, continúa García, "desde la región cuyana se hacen escuchar las voces de Buenaventura Luna y su Tropilla de Huachi Pampa". No olvidemos que Buenaventura Luna "tuvo importantes participaciones en diferentes programas de radio de circulación nacional". Tampoco debemos olvidar a "Alfonso y Zabala de San Luis, y a los Cantores de Cuyo y de la Cañadita de Mendoza".


Hoy después de poco más de un siglo, podemos decir con el Lic. Víctor García que "la peña -como lo son de alguna manera las fiestas populares como la Fiesta de la Tradición a un nivel más numeroso, es considerada como un espacio cultural, un lugar de encuentro, donde se expresan tradiciones y costumbres", necesarias para no olvidar nuestras raíces ni nuestra identidad nacional. 

Últimas noticias

Ver más noticias