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Política hídrica

Urge manejar las reservas para no quedarse sin agua

En la actualidad hay alrededor de 360 hectómetros cúbicos en los tres diques que están sobre el Río San Juan. Los productores piden que les den agua durante el mes de abril para seguir regando. Esto podría bajar de manera riesgosa el caudal reservas. Para no tener sobresaltos este año, el río San Juan debería escurrir unos 800 hectómetros cúbicos como mínimo

¿Cómo preservar el recurso hídrico y prever lo que puede pasar la próxima temporada? ¿Cómo satisfacer las pretensiones de los productores? ¿Qué hacer para que se entienda que el recurso hídrico tiene un valor y que no es gratis? Estas y otras tantas preguntas son las que hay que hacerse a la hora de analizar lo que ocurre con el recurso hídrico y el efecto que tiene la histórica sequía que le pega muy duro a la provincia.

Los datos hídricos indican que en la actualidad hay contenidos en los tres diques –Ullúm, Punta Negra y Caracoles- unos 330 hectómetros cúbicos, un volumen muy por debajo de lo que se recomienda para la preservación de las presas que es de 586.81 hectómetros cúbicos. Vale marcar que el Comité de Control de Embalses y Seguridad de Presas –COCEPS- durante la gestión anterior, dijo que por una sequía extrema se podría bajar el volumen a 241.4 hectómetros cúbicos, por única vez. Hacer esto es poner en riesgo a los diques, ya que correrían riesgo de quedar inutilizados los desarenadores de fondo.

En la última reunión del Consejo de Hidráulica se mantuvo fuerte el reclamo de un sector de productores que quieren agua durante el mes de abril, con el planteo que tienen que regar los viñedos antes de las cortas. 
Si se mira toda la radiografía hídrica, a pesar de las necesidades de los productores, es una mirada a corto plazo. Por ello se plantea una alternativa como hidropolítica que es el manejo de las reservas. De hecho, es una medida práctica y eficaz que puede aplicarse en la provincia, entendiendo que no hay fondos para hacer obras como puede ser el mejoramiento de la red de distribución del agua, lugar por donde se pierde gran cantidad del recurso. De hecho, esta es una obra que requeriría de tiempo, entendiendo que en los últimos años se hizo poco y nada por el mejoramiento de los canales de riego. Durante ese tiempo también tendría que hacerse frente a la actual coyuntura.
Pero para poder hacer un uso estratégico de las reservas tiene que haber un acuerdo de todos los sectores que están involucrados en el uso del recurso hídrico. En este, quien tendría que poner el mayor esfuerzo es el sector primario, que es el principal demandante de agua. 

 

Aplicar una política de manejo de reservas requiere que todos los sectores hagan un esfuerzo importante

 


Cuando se plantea como práctica efectiva el manejo de las reservas, se tiene que tener en cuenta que San Juan viene de 10 años de crisis hídrica, como mínimo.  Lo que implica que todo este tiempo con déficit hídrico pasarán una factura importante, aunque haya un mayor escurrimiento por el Río San Juan. En este análisis no se toca el Río Jáchal porque esa situación reviste otro tipo de gravedad.
En la actualidad quienes manejan la política hídrica de la provincia tratan de mantener el caudal de los diques sobre los 360 hectómetros cúbicos, un poco por encima de lo que aconsejó el COCESP para el periodo anterior, de 241 hectómetros cúbicos.  Los especialistas consultados sostienen que ese piso está muy por debajo 586.81 hectómetros cúbicos que se debería tener como sumatoria de los tres diques para preservarlos como es correcto.
Tomando esto en consideración, también hay que analizar los criterios de demanda. Es que cuando el río trajo 600 hectómetros cúbicos se los consumió, lo mismo ocurre cuando trajo más de eso. El tema es que nunca se guardó nada para cuando las vacas flacas, o sea este, un momento, donde el agua es sumamente escasa. 
Atendiendo a esta actitud, lo que sugieren los técnicos es tomar criterios estratégicos. Por ejemplo, poner un límite de consumo anual de 800 hectómetros cúbicos, que es considerado un volumen equilibrado. De esa manera lo que venga por encima de 800 se lo puede destinar a reservas.

 

Cuando se mira la realidad actual, si esta temporada vinieran solo 600 hectómetros cúbicos por el Río San Juan, no alcanzaría el agua para satisfacer la demanda que hay 

 


Cuando se analiza el panorama actual se sostiene que, si se ingresa con 330 hectómetros cúbicos a este periodo hídrico y hay un derrame por el río San Juan de 600 hectómetros cúbicos en la temporada, el agua no alcanzaría. Vale marcar que tal cual vienen las proyecciones climáticas y lo ocurrido en los últimos años, esto es altamente probable.
El objetivo de la política oficial hídrica tiene un objetivo plurianual de incremento de las reservas en tres periodos, con un promedio de 119 hectómetros cúbicos.  Para esto hay que remitirse a lo que ocurrió en la temporada actual, donde el pronóstico de hidráulica indicaba que iban a derramar unos 730 hectómetros y en realidad hubo entre 930 y 940 hectómetros cúbicos. Esto representó alrededor del 30% más del agua pronosticada. 
Los incrementos se dieron a raíz del efecto del Niño Tardío, donde se registraron nevadas en octubre, noviembre y diciembre. También hubo algunas precipitaciones pluviales importantes que terminaron aportando agua a los diques.

Llegar a 586.814 hectómetros cúbicos


Este es el objetivo de máxima de quienes tienen en sus manos la política hidrológica provincial. Afirman que con este caudal no tendrían sobresaltos y también se cuidaría el estado de las presas, que no es un tema menor. Algunos estudios técnicos indican que, de acuerdo a las características del Río San Juan, no se debería operar los diques por debajo de los límites de seguridad, que es el de 586.81 hectómetros cúbicos. Es que el río trae mucha sedimentación y si se opera con poca agua puede generar un daño irreparable en los descargadores de fondo de los diques, lo que puede llevar a que queden abiertos o cerrados de manera permanente. 
El riesgo que se corre es que los descargadores de fondo quedaran cerrados, se tendría que esperar más de dos años para que el agua salga por vertederos o descargadores naturales. Situación que llevaría a una posición límite a la provincia que no contaría con el agua para poder desempeñarse de manera normal.

Trabajar con lo que se tiene


Es por ello que entendiendo la crisis económica donde no se pueden hacer grandes obras de infraestructura hídrica, lo se proyecta es trabajar con lo que se tiene.  La visión está puesta en generar reservas en los diques, que permitirán operar con más tranquilidad ante la demanda.
A la hora de hacer simulaciones sobre perspectivas hídricas en San Juan se puede observar que si en los diques se puede lograr reservas de 586.81 hectómetros cúbicos y en la temporada hay un escurrimiento de 500 hectómetros cúbicos por el Río San Juan, se pueden sacar unos 300 hectómetros cúbicos y aún tendrían un límite de reservas. En tanto que cuando aumente el caudal, lo que pase de los 800 hectómetros cúbicos, sirva para reservarla, para cuando se produzcan contingencias de merma en el volumen de agua. 

EL DESCENSO DE LOS ACUÍFEROS

La crisis hídrica ha obligado a que muchos productores, a pesar del costo, tengan que bombear aguas subterráneas para poder regar. Esto con el tiempo produjo un descenso de los acuíferos, que en algunos lugares en el lapso de 2 años es entre 8 y 10 metros.

Hay casos y lugares donde se están quedando colgados los pozos, aumenta la conductividad eléctrica con los consecuentes problemas. Esta situación está poniendo en riesgo a inversiones de pistacho, olivos, vid y algunos del sector frutihortícola. Pero si siguen bajando los acuíferos, se va a poner en riesgo la dotación del agua para el consumo

humano, ya que gran porcentaje de lo que se consume es subterránea. 
Por ello, una de las acciones que están pendiente es la recarga de los acuíferos. Pero para que esto se pueda hacer, los diques deben tener un volumen de agua que se pueda enviar por el Río San Juan, para que por infiltración pueda hacer la recarga de los acuíferos. Datos técnicos indican que la zona de mayor infiltración se encuentra en el cauce del Río San Juan desde el dique Partidor San Emiliano, hasta la Ruta Nacional 40, en el ingreso a Albardón

PEDIDO DE AGUA PARA EL MES DE ABRIL

Teniendo en cuenta que esta temporada hubo un mayor escurrimiento de agua por el Río San Juan, que se logró por aportes extras de nevadas que llegaron cuando no estaban previstas, es que hubo un volumen el 30% superior a lo pronosticado. 
Con esa lógica es que algún sector de productores reclama que se mantenga el agua de riego en el mes de abril para utilizarla en los viñedos. Ante esto, técnicos consultados afirman que "fisiológicamente este tipo de riegos no está muy justificado", y es parte de los usos y costumbres históricos en la provincia. 

Siguen las cortas de agua prolongadas
Desde Hidráulica, con este modelo de recuperación de reservas, se tiene previsto cortas de agua cuando termina la termporada agrícola en el otoño y van desde los 150 a los 170 días. Algunos técnicos están más cerca de una corta de agua por cinco meses, no superior, pues el impacto sería muy duro en el sector primario.
En este panorama el sector hortícola es el más complicado porque requiere alta frecuencia de riego. No se consume tanta agua, porque se riega a pocos centímetros.  Por lo cual se tendrían que mantener las políticas de asistencia puntual para el sector.

RESERVAS Y GENERACIÓN DE ENERGÍA

La crisis hídrica ha obligado a que muchos productores, a pesar del costo, tengan que bombear aguas subterráneas para poder regar. Esto con el tiempo produjo un descenso de los acuíferos, que en algunos lugares en el lapso de 2 años es entre 8 y 10 metros.

Hay casos y lugares donde se están quedando colgados los pozos, aumenta la conductividad eléctrica con los consecuentes problemas. Esta situación está poniendo en riesgo a inversiones de pistacho, olivos, vid y algunos del sector frutihortícola. Pero si siguen bajando los acuíferos, se va a poner en riesgo la dotación del agua para el consumo humano, ya que gran porcentaje de lo que se consume es subterránea.

Por ello, una de las acciones que están pendiente es la recarga de los acuíferos. Pero para que esto se pueda hacer, los diques deben tener un volumen de agua que se pueda enviar por el Río San Juan, para que por infiltración pueda hacer la recarga de los acuíferos. Datos técnicos indican que la zona de mayor infiltración se encuentra en el cauce del Río San Juan desde el dique Partidor San Emiliano, hasta la Ruta Nacional 40, en el ingreso a Albardón

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