Panorama desalentador: aseguran que el pronóstico hídrico "está en un valor intermedio"

El pasado sábado, técnicos de la división Hidrología del Departamento de Hidráulica realizaron mediciones en diversos puntos de la Cordillera de los Andes, en la porción que corresponde a San Juan. Estas mediciones se realizaron en puntos estratégicos previamente identificados como cruciales para el monitoreo de la nieve, cuyo derretimiento abastece a los ríos más significativos de la provincia, el San Juan y el Jáchal.

En este marco, el secretario del Agua de San Juan, Ramiro Cascón explicó "se puede decir que el pronóstico que vamos a presentar está en un valor intermedio, en relación a los años 2021/22 y 2022/23. Estamos terminando el informe y mañana jueves será presentado".

"De acuerdo a esa medición, esperamos que el río San Juan y el Río Jáchal aporte unos 700 hm3", contó. Y agregó, "solamente encontraron nieve en una estación meteorológica, que es Teatinos".

El panorama no es nada favorable ya que hace años la nieve no se presenta con intensidad en cordillera. El volumen de agua dio el Río San Juan durante el período octubre del 2022 a septiembre del 2023, fue de 992.88 hm3. Un 56% de la media histórica.

En otro de los temas, Cascón se refirió a la transición con el nuevo gobierno y detalló "todavía no tuvimos las reuniones específicas, pero estamos a entera disposición para contarles de las situación, estimaciones y manejo del recurso".

Los lugares de medición se ubican cerca de estaciones nivometeorológicas operadas por el Departamento de Hidráulica. En esta temporada del año, el acceso a estos puntos solo es factible mediante el uso de helicópteros proporcionados por la provincia. Además, es esencial seleccionar un momento óptimo desde el punto de vista climático, conocido como una "ventana climática ", para llevar a cabo los vuelos a las regiones de Calingasta e Iglesia.

Este cateo más los 13 parámetros que registran las estaciones (altura de nieve, equivalente de agua/nieve, velocidad del viento, dirección de viento, temperatura ambiente, temperatura del suelo, temperatura RTU, presión atmosférica, radiación solar reflejada, radiación solar incidente, precipitación, humedad relativa, control de la batería del equipo), sumado a la información histórica, permiten ajustar el pronóstico a tal punto que, por ejemplo en el ciclo pasado, la diferencia entre lo pronosticado y lo escurrido fue apenas del 1,7%.