Qué me van a hablar de amor
Último en la tabla de primera del futbol local, estuvo sancionado sin poder jugar en su cancha, perdió a todo el plantel, no pasa un buen momento institucional, juega con pibes de 17 años, esta descendiendo y aún así el hincha de Unión llenó el estadio.
Los tildan de tira piedras. Los castigan con críticas por violentos. Que no tienen respeto por nada, que se suben a los alambrados en pleno partido, que se meten a la cancha para interrumpir los festejos.
Cuantas criticas que anden sueltas por allí les caen a los hinchas de Unión de Villa Krause.
La última fue el pasado 28 de enero cuando jugó con San Martín de Mendoza por el Torneo Regional Amateur y se cruzaron con la policía luego del partido en el que ganó, pero quedó eliminado por un mal arbitraje.
Después de eso vino la catarata de burlas, críticas, sanciones, salidas de jugadores y de dirigentes.
De estar cerca de ascender al Federal A pasó a jugar el Torneo local con pibes de 15, 16 y 17 años porque a excepción Emanuel Reynoso y Matías Guerra se fueron todos, buscando un nuevo horizonte ya que el lunes después de perder la opción de jugar la final, los jugadores se presentaron pero no hubo ni un dirigente que los respaldara.
Y se fueron buscando un nuevo club y en una semana el club debió empezar a jugar en cancha prestada y lo inevitable se vino encima.
Las derrotas previsibles, los arreglos a medias tratando de salvar algo que solo se debe hacer desde el orden. Se buscó un nuevo entrenador, sin tener jugadores de primera.
Quizás algunos imaginaron que el descenso aún sigue siendo por promedio, pero no es así se va la B el último de la tabla general.
Sin rumbo dirigencial definido, con un equipo cargado de jóvenes y con mucho futuro pero para algunos años y no para salvarse este año, ellos siguieron. Los hinchas no abandonaron y se fueron hasta el Médano de Oro para copar las tribunas del club Juventud Unida.
Un día la pena se levantó para jugar de local y aunque muchos se cargaron como propio el mérito de levantamiento de la pena, sin saber que uno de los responsables directos del beneficio obtenido fue uno que permanece en silencio pero hace mucho para el fútbol de San Juan. Pero a él no le gusta cargarse los laureles y por eso sigue siendo el bueno de Nacif.
Y Unión volvió al 12, regresó a su casa y los hinchas estuvieron allí. Coparon la tribuna, se volvieron a subir al alambrado, no tiraron piedras y alentaron los 96 minutos que duró el partido.
Pero Unión no solo son los pibes de no tan buen comportamiento, Unión es la familia y en la platea se vio reflejado. Volvieron los viejos con el bastón que gozaron pero también sufrieron el Nacional del 86. Los que gritaron el ascenso en el 2009 en la tierrosa tarde de junio, Los que estuvieron en el 2011 cuando se fue a la B. Volvieron los que nunca abandonaron en las malas campañas.
En realidad está mal expresada la palabra VOLVIERON, por que los hinchas de Unión nunca se fueron y como estuvieron en las buenas en los comienzos del siglo están ahora, en el presente futbolístico de pibes, últimos en la tabla, con los arbitrajes claramente en contra como lo viene sufriendo en este torneo. ¿Y entonces porque están?
Porque han vivido dando tumbos, rodando por el mundo y haciéndome el destino...Y en los charcos del camino. La experiencia los ha ayudado por baquianos y por que comprenden que en la vida se cuidan los zapatos andando de rodillas. Por eso...Están sobrando los consejos, que en las cosas del amor y la pasión futbolera ¡Nadie sabe más que el hincha de Unión!...
