Estado crítico, pero con optimismo y esperanza

A falta de dos fechas para que termine la etapa regular del torneo, Desamparados está en zona de descenso. Para salvarse no depende de sí mismo, pero las últimas actuaciones le dan vida. Quedan 180 minutos donde se jugará todo para salvar el prestigio del club y quedarse en la categoría.

No está muerto quien pelea. Eso lo tienen claro Ricardo Dillon y sus dirigidos. Hace tres fechas parecía una situación irreversible, pero se convencieron de lo contrario y hoy están con más fuerzas que nunca.
Desamparados sigue en situación complicada. A dos fechas del final del campeonato, se encuentra en el anteúltimo lugar. Si esto terminase hoy el descenso sería una realidad. Sin embargo, todavía hay esperanza. Sobre todo porque en lo anímico los últimos partidos lo han favorecido y está con fuerzas para dar pelea.
El Puyutano no depende de sí mismo, pero si gana las dos finales que tiene, ante Liniers en Bahía, y contra la Juve puntana en San Juan, tendrá muchas chances de salvar la categoría. Para eso, dependerá de que Huracán Las Heras, un punto arriba del víbora, no gane los dos partidos que tiene, frente a Sansinena en Mendoza o ante Bolívar de visitante. La otra es que no ganen más Cipo, Ferro, Peñarol o Liniers.
O sea, primero ganar y esperar. Vida tiene, optimismo sobra.