El INV potenciará zonas de SJ como nuevas identificaciones geográficas
El vicepresidente del INV informó que en el país hay autorizadas 106 indicaciones geográficas-IG- de las cuales 24 corresponden a San Juan. Las IG-lugar de donde son las uvas- se pone en la etiqueta. Zonas como Hilario, Sorocayense, Pie de Palo, Tamberías, La Ciénaga, son las que está siendo evaluadas para conseguir su IG.Por Víctor García.
La identificación geográfica es una marca que se utiliza para promocionar a productos de una localidad determinada. En vitivinicultura se las utiliza con el fin de poner en valor el terroir de cada viñedo, que le da características especiales a cada uno de los vinos.
Es por ello que desde el INV se trabaja en potenciar zonas que son distintas y que pueden llegar a ser Indicaciones Geográficas. Para ello tienen que armar todo un organigrama histórico y de las características distintivas que tiene la zona para que pueda ser aprobado.
El Vicepresidente del INV, Hugo Carmona detalló que se está trabajando desde la entidad y con los sectores privados en potenciar algunos nombres que aún no están inscriptos. Sin dudas nombres como La Ciénaga, Campo Grande del Acequión, Hilario, Zorocayense, Tamberías y Pie de Palo están en danza. En muchos casos lo que se intenta con estos sitios es la valorización de los viñedos patrimoniales, que tienen una larga historia en la producción vitivinícola de San Juan. "Se está trabajando entre el INV y las bodegas para que esos nombres sean inscritos.
El ingeniero Hugo Carmona contó que "de acuerdo a la ley de indicaciones greográficas en el país hay autorizadas 106, de las cuales 24 corresponden para la provincia de San Juan". Explicó que no todos los nombres están produciendo vinos o están siendo utilizados. Para San Juan cuando se aprobó la IG el nombre de los departamentos figuró. Se incluyeron todos menos Capital. El tema es que "se han reconocido nombres con características históricas, climáticas que hace que el consumidor quiera esos productos".
En materia de IG, San Juan ha crecido con "Valle de Pedernal; Calingasta donde se reconoce a Barreal. Además ocurre lo propio con Valle de Zonda, Pozo de los Algarrobos. Está muy bien tipificar la variedad pero también el lugar de donde viene. Ayuda a orientar al consumidor para saber de dónde viene y nosotros como INV tenemos que garantizar que eso ocurra".
Las indicaciones, una herramienta que sirve
De acuerdo a un informe del INV las Denominaciones en Orígen Controladas y las Indicaciones Geográficas tienen ventajas comparativas que se pueden ver en la comercialización de vinos al mercado interno y externo.
En 2021 se comercializaron 36 millones de litros con algún tipo de indicación de origen (DOC+IG), de los cuales 20 millones (55%) se exportaron y el resto se despachó al mercado interno.
Los vinos con denominación de origen enviados al exterior (DOC + IG) participan con el 6% en el total de vinos exportados mientras que los despachados al mercado interno concentran el 2% del despacho (2021).
Las ventas de vinos con DOC aumentaron un 201% respecto al año 2019 y las IG aumentaron 111% en el mismo período. Lo que marca la demanda de los consumidores que quieren saber de donde es el vino que consumen.
En el mercado local los vinos con DOC aumentaron un 182% mientras que los vinos con IG crecieron un 68% respecto al año 2019. Tanto en el mercado local como en el vino exportado, solo se comercializó una DOC (LUJÁN DE CUYO), el resto se trata de IG.
RESCATE DE VARIEDADES PATRIMONIALES
En el mundo son pocas las variedades que se conocen. "Son 10 las variedades de vides que se llevan la mayoría del comercio en el mundo". Esto lleva a que se hayan olvidado de variedades que "se han revalorizado y hoy se les está dando valor en Australia, España, Italia, Francia y nosotros en Argentina estamos en el mismo proceso". Afirmó que "esto significa rescatar variedades nuevas que tengan características distintivas y ponérselas al consumidor como una alternativa ante las variedades más comunes". Sobre todo estas acciones están orientadas para el sector de consumidores que quieren buscar algo distinto.
En el país hay aprobadas para vinificar 243 variedades de uvas, pero son 10 las que tienen la mayor parte del mercado de vinos tanto en lo interno como lo externo.
Como dato extra, San Juan produce vinos con 77 varietales, pero la Cereza- uva multiuso- tiene más del 43% del volumen.
En ese sentido, "gracias a un estudio del INTA, se descubrió que las variedades criollas, desde México, pasando por Perú, Bolivia, Chile y Argentina, nos encontramos que las variedades criollas con su ADN son diferentes. Por esto aparecieron el Moscatel Negro, Amarillo y Blanco. También apareció la Quebrantilla o la Albilla como nombres". En el caso de San Juan, la bodega Cara Sur de Calingasta se encargó de revalorizar estos varietales. "Otras bodegas han revalorizado la criolla chica", dijo Carmona.
Pero lo importante de destacar es que "todas estas variedades tiene como padres al Moscatell de Alejandría y a la Criolla o Listán Prieto, que tienen su origen en Europa". Estas variedades llegaron de mano de los colonizadores. "Estas variedades fueron cruzadas por semilla y por ello han nacido todo este tipo de variedades. Entre estas se encuentran el Torrontes Riojano o el Sanjuanino y son patrimoniales. Son variedades que tienen un ADN que no es de Europa".