Misión cumplidísima

"Fue un tiempo lleno de aprendizaje para mí y para muchas personas, tanto de quienes pudieron vivir en él y para quienes quisieron ser parte", admite Viviana.

"Por voluntad propia y con todo el amor del universo, di mi vida por este refugio para la sociedad sanjuanina, sabiendo que ingresaba en un mundo de mucha tristeza, injusticias, de problemas no solucionados, tanto emocionales, mentales, como físicos no sanados, una problemática tan difícil, poco estudiada y trabajada como es la situación de calle. En la convivencia se conoce en total profundidad los pensamientos, sentimientos y acciones de las personas", explica Fornés, quien literalmente puso su casa para hacer realidad el proyecto.

Allá por 2018, cuando abrió sus puertas Proyecto Águila, era sólo por los meses de frío pero nunca sucedió así, porque ningún día se cerró y en época de pandemia se convirtió en hogar las 24 horas. Y no solo se cobijó personas, sino que también se asistió con mercadería, comida y abrigo. Fue un arduo trabajo solidario, en donde día a día, había que improvisar para poder seguir y solucionar infinidad de situaciones.

"Tengo un alma que me explota de amor y agradecimiento, estoy orgullosa por todo lo que se logró y agradezco a todos quienes participaron, ayudaron e hicieron esto posible, mi vida fue un antes y un después del Refugio", finaliza emocionada.