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Hace 45 años

La épica final que puso a Don Julio en el sillón de la AFA

La épica final que puso a Don Julio en el sillón de la AFA. El 25 de enero de 1978, Independiente, con tres hombres menos, empató en Córdoba con Talleres y se adjudicó el Campeonato Nacional 1977. Ese triunfo lo posicionó al entonces presidente del Rojo para llegar a la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino, ante su principal rival, el titular del equipo cordobés, Amadeo Nuccetelli.

Independiente Talleres

El 25 de enero de 1978, la ciudad de Córdoba amaneció pintada de azul y blanco, inmersa en un clima festivo. Ese día, Talleres recibió a Independiente en el partido de vuelta por la final del Campeonato Nacional del 77. El equipo cordobés estaba a un paso de lograr su primer título a nivel nacional, luego del empate en uno conseguido cuatro días antes en Avellaneda (el gol de visitante se computaba doble).

La expectativa que generó aquel partido que se jugó en "La Boutique" del Barrio Jardín, la cancha de la T, sobrepasó los límites de la Docta. La causa Talleres era la causa de toda una provincia y también la causa de todo el interior, que veía en aquel equipo a su mejor representante y el único capaz de jugar de igual a igual contra los grandes de Buenos Aires.

Además del título de Campeón Nacional, en esa final se ponía en juego la conducción del fútbol argentino, cuyas autoridades se renovarían luego del Mundial de 1978. El presidente de Talleres, Amadeo Nuccetelli, era el principal candidato a llegar al principal sillón de la AFA. Su exitosa gestión en el equipo cordobés, al que llegó en 1974, lo colocaba en el primer lugar de la lista de aspirantes.

El Pelado, como le decían en Córdoba a Nuccetelli, contaba con el apoyo de todos los clubes del interior del país, y también, del general Luciano Benjamín Menéndez.

Menéndez era el jefe del Tercer Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba. En aquellos años oscuros de la historia argentina, ese cargo equivalía a ser el dueño y señor absoluto de las 9 provincias que abarcaba su jefatura (casi medio país). Además tenía bajo control "La Perla", el principal centro clandestino de detención del interior del país.

El genocida, que posteriormente tuvo una docena de condenas a reclusión perpetua, observaba en el ascenso de Talleres al fútbol grande, su posibilidad de ascender en el gobierno dictatorial y reemplazar a su camarada Videla en la presidencia de la Nación.

Julio Grondona, en ese entonces presidente de Independiente y secretario de Finanzas de la AFA, se dio cuenta de que en esa final había en juego mucho más que un título. El día anterior al partido, preocupado por el contexto en que se jugaría, se reunió con el Pato Pastoriza, técnico del Rojo, y le advirtió sobre las presiones que existían para que Talleres ganara.

También le detalló las estadísticas del árbitro elegido para la final, Roberto Osvaldo Barreiro, quien había dirigido a Talleres en seis partidos oficiales. La T ganó tres y empató los restantes. En cuatro de esos seis encuentros les cobró un penal a favor y expulsó a cuatro de los rivales contra uno del equipo cordobés. "Hablá con los jugadores para que empecemos con once y terminemos con once", le pidió Don Julio al Pato antes de despedirse.

Julio Grondona y Amadeo Nuccetelli.

Julio Grondona y Amadeo Nuccetelli.

La histórica final

Nadie quería perderse esa histórica final "entre el Interior y Buenos Aires", 27 mil hinchas colman "La Boutique", de los cuales 19 mil eran de Talleres y de otras provincias, que apoyan la cruzada del equipo cordobés. Los restantes de Independiente.
Ante el asombro de todos, el Rojo se puso en ventaja con un cabezazo de Norberto Outes. Con ese resultado finalizó el primer tiempo. El silencio y la incertidumbre se apoderó de los espectadores cordobeses.

En el complemento, el equipo dirigido por Roberto Saporiti salió decidió a buscar el empate. Y lo consiguió a través de un penal dudoso que cobró Barreiro. Ricardo Cherini lo cambió por gol. Las advertencias de Grondona se comenzaban a cumplir.

Minutos más tarde, Ángel Bocanelli, supuestamente con la mano, marcó el segundo, desatando la alegría en el estadio. El gol provocó la reacción de los jugadores de Independiente que le protestaron en forma desmedida al árbitro, quien expulsó a Enzo Trossero, Rubén Galván y Omar Larrosa.

Larrosa no lo puede creer, fue expulsado por protestar el gol de Bocanelli.

Larrosa no lo puede creer, fue expulsado por protestar el gol de Bocanelli.

Ante lo sucedido, los restantes jugadores de Independiente querían irse de la cancha al grito de "nos están robando". Outes era el único que se oponía a la decisión de los compañeros.

Desde el palco, bajó la orden de Grondona para que se quedaran. Pastoriza instó a sus jugadores a que regresaran al campo de juego. Realizó dos cambios para revertir el resultado: ingresaron Mariano Biondi y Daniel Bertoni, quien se recuperaba de una lesión.

Cuando faltaban seis minutos para el pitazo final y la coronación de Talleres, Bochini, Biondi y Bertoni armaron una fenomenal jugada, que definió el Bocha con un zurdazo para darle el campeonato al Rojo.

En la Asamblea que se realizó en 1979, Don Julio fue elegido por unanimidad para ser presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, cargo que dejó en julio de 2014, cuando falleció a los 83 años. Sin embargo, la elección la ganó en aquella épica final que se jugó en Córdoba.

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