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Hace 43 años ganó su tercer Grand Slam

El pasto es para las vacas y también para Vilas

El 3 de enero de 1979, Guillermo Vilas se adjudicó el Abierto de Australia que en ese entonces se jugaba en canchas de césped. 

Luego de ganar el Torneo de Maestros en 1974, Vilas dijo ante el público que lo aclamaba por el gran triunfo ante Nastase: "Hasta hace un par de meses pensaba que el pasto era para las vacas. Ahora pienso que es para la vacas… y para los tenistas también".

El marplatense consiguió ese triunfo, que sería bisagra en su carrera, en el césped del Kooyong Lawn Tenis Club de Melbourne, Australia, una superficie que no miraba con muy buenos ojos.

Cuatro años después, en 1978, en el mismo césped en donde se consagró como "Maestro", Vilas ganó el Abierto de Australia, uno de los cuatro torneos más importantes del circuito.

En ese entonces el Grand Slam australiano se jugaba en las 26 canchas del Kooyong, un club estilo británico, situado a media hora en auto de Melbourne, escenario que se utilizó hasta 1987, cuando el torneo se mudó al actual Melbourne Park.

Otro dato a tener en cuenta: el campeonato no se realizaba a mediados de enero como ocurre en la actualidad. En esos años, cerraba un extenuante calendario, comenzando los últimos días de diciembre y finalizando los primeros días del año. Las semifinales y la final se jugaba luego de fin de año.

"Willy" llegó ese año al torneo australiano como máximo favorito. También participó en esa edición de 1978, José Luis Clerc, quien daba sus primeros pasos en el circuito. Sin embargo, Batata se despidió rápidamente al perder en primera ronda ante el local John Marks.

Pese a tener algunas complicaciones en los primeros partidos, Vilas fue consolidando su juego y superando etapas. El camino hacia la final estaba despejado, principalmente por la ausencia de Connors y Borg, los dos mejores jugadores de esa temporada.

En la noche de fin de año, el argentino no brindó, se acostó temprano, al otro día debía enfrentar en horas del mediodía a Hank Pfister en semifinales.

Bajo un calor intenso, lo superó en el quinto set. En la final, lo esperaba Marks, que venció en la otra semi al estadounidense Arthur Ashe.

En el partido decisivo, que se desarrolló en la siesta del 3 de enero con un temperatura que rozaba los 39 grados, Vilas derrotó en cuatro sets a Marks con marcadores 6-4, 6-4, 3-6 y 6-3, en un poco más de tres horas de juego.

La victoria fue ruidosamente festejada por una colonia de argentinos que vivían en el lugar y que acompañaron con carteles y banderas a Guillermo durante todo el torneo.

Con esa victoria en tierras australianas, el argentino se alzó con el tercer torneo de Grand Slam de su carrera, luego de ganar Roland Garros y el US Open durante la temporada de 1977.

Al año siguiente repitió la conquista en Melbourne, al vencer en la final al estadounidense John Sadri por 7-6, 6-3 y 6-2. El partido, que duró 2 horas y 44 minutos bajo un calor agobiante, fue especial para el gran "Willy", ya que en las tribunas estaba su padre, el escribano Roque Vilas, que pudo disfrutar del éxito de su hijo.

Ese título fue el último de Gran Slam que consiguió Vilas, convirtiéndose además en el único sudamericano en ganar el Abierto de Australia desde que se comenzó a jugar en 1905. El chileno Marcelo Ríos llegó a la final en 1998 pero perdió ante el checo Peter Korda.

De los cinco campeonatos más importantes que logró en su exitosa carrera, que suma 62 títulos en total, Willy consiguió tres en césped, la superficie madre del tenis, por eso el pasto "es para las vacas y también para Vilas".

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